Bélgica eliminará ciertas medidas sobre las mascarillas, así como restricciones para las actividades al aire libre, en espacios cerrados y en el sector de la hospitalidad, luego de la decisión del Comité Consultivo de ubicar al país en «código naranja» en la escala de la COVID-19.
«Estamos registrando una verdadera disminución en la circulación del virus. El número de nuevas hospitalizaciones también muestra una tendencia a la baja y el número de camas en cuidados intensivos parece estar estabilizándose después de un período de ligero incremento», se indicó hoy en una declaración del comité.
Todavía se necesita el Pase Seguro de COVID para entrar a ciertos sitios públicos, aunque el Parlamento belga vigilará la situación epidemiológica para determinar si el pase será necesario en el futuro.
Con excepción de los conciertos en espacios cerrados que pueden alcanzar una capacidad máxima de 70 por ciento, los eventos públicos y privados se limitarán a 200 personas.
Sin embargo, «para los eventos en espacios cerrados, si hay una buena ventilación, los salones podrán utilizarse al cien por ciento de su capacidad», añadió el primer ministro belga, Alexander De Croo.
Bares y restaurantes podrán permanecer abiertos después de medianoche y el límite actual de cuatro personas por mesa se eliminará.
Sitios deportivos al aire libre como estadios de fútbol serán reabiertos al público y las bodas y los funerales ya no tendrán que limitar el número de personas presentes.
La obligación actual de los compradores de limitarse a dos personas por grupo y el requisito de que los niños menores de 12 años utilicen mascarilla se suspenderán el 19 de febrero.
El trabajo desde casa sólo será recomendado, pero ya no será obligatorio a partir del 18 de febrero.
Durante la semana del 1 al 7 de febrero, hubo una reducción de 44 por ciento en el número de contagios, con 23.239 nuevos casos registrados en promedio cada día, de acuerdo con cifras publicadas hoy por el Instituto Sciensano de Salud Pública.
Con información de Xinhua