Alex Saab, señalado como testaferro de Nicolás Maduro, se convirtió en colaborador de la Administración para el Control de Drogas (DEA) en 2018 y dio a los agentes información sobre los sobornos que pagó a funcionarios del régimen chavista, según nuevos registros judiciales desvelados el miércoles en el caso de corrupción estrechamente vigilado.
El empresario colombiano perdió casi 10 millones de dólares de su fortuna como parte de su acuerdo de cooperación con Estados Unidos, que incluyó varias reuniones con las fuerzas del orden estadounidenses en su Colombia natal y en otros lugares.
Estados Unidos ha descrito a Saab como el principal conducto para la corrupción en Venezuela, alguien que cosechó enormes ganancias inesperadas de contratos dudosos para importar alimentos mientras millones de personas en la nación sudamericana pasaban hambre. La gestión de Maduro lo considera un diplomático que fue secuestrado mientras cumplía una misión humanitaria que se hizo más urgente por las sanciones de Estados Unidos.
Este miércoles, un juez federal de Estados Unidos programó para el 11 de octubre el juicio del colombo-venezolano. En una audiencia en parte cerrada a la prensa y al público, la Fiscalía y la defensa de Saab discutieron principalmente el tema de la supuesta inmunidad diplomática del acusado que se ventila en una corte de apelaciones en Atlanta, Georgia, para poder programar el juicio.
Alex Saab estuvo presente en la audiencia celebrada de forma presencial con un traje de preso color beige, encadenado y con audífonos para escuchar la traducción.
Saab enfrenta una condena de unos 20 años si es hallado culpable del único cargo que tiene en la corte de Miami, pena que puede ser reducida si hace un trato con la Fiscalía, que suele incluir delación de otras personas.
Con información de La Verdad.