Vivimos una crisis compleja, donde la gente no cree en los políticos del gobierno ni de la oposición, esto bajo un régimen de gobierno tipo autoritario, característica que dista al del año 1998 cuando se posicionó el sentir de la antipolítica.
Estamos en un momento político donde priva la supervivencia y el resuelve, en una sociedad acomodaticia, es cada vez más difícil identificar líderes de masas, no es lo mismos que orfandad, la característica es más de una falta de representatividad, que cabalgó sobre la política del chantaje.-
En opinión del Analista Aníbal Sánchez Ismayel, esto más allá de una debilidad puede ser oportunidad para dejar de lado el esquema de Estado Paternalista, los cuales han mermado en los últimos tres años. Ahora se apuesta a un modelo donde el individúo es más responsable y consciente de su futuro; época de romper los paradigmas y de emprendimiento
En Venezuela no estamos en un momento de antipolítica aunque existe el rechazo al oficio, cursa con una crisis de liderazgo, la gente común tiene el interés en los aspectos políticos y públicos, espera respuestas mediatas a sus problemas puntuales, y a partir de esto diferencian entre los que gestionan lo que esperan.
La antipolítica que conocíamos previo a la llegada de Chávez estaba caracterizada por el alto rechazo a los partidos políticos; no solo es que no les representa, es la falta de credibilidad y confianza en sus dirigentes “En esta época existe el interés pero la crisis individual los ocupa, mientras la situación país empeora”, agregó Sánchez.-
Existen algunos signos de mejoría, pero la situación país es crítica, los niveles de pobreza son muy altos, los servicios públicos en franco deterioro, el sistema de salud, alimentación y educación no rinde, en medio de una crisis humanitaria; pero aún así la sociedad civil busca participar, en organizaciones.
Esto le llevó al también diputado aseverar Sánchez, que no estamos en un momento de antipolítica, se espera por una opción política que se perciba como alternativa de gestión; la búsqueda desfrenada por ese líder que conduzca ha disminuido, sin que esto signifique que se deja de contrarrestar y frenar el autoritarismo.
No hemos llegado, al momento clave para la transición política esa de dejar la frustración por la esperanza, el de cambiar la confrontación por el reencuentro, estamos en la fase del reconocimiento no es solo que el otro hace falta, sino sobre los errores cometidos.
Nota de prensa / DCN