La Comisión de Justicia y Paz de Panamá calcula que 500 migrantes ingresan a Panamá por la selva del Darién al día, entre hombres, mujeres y niños, pese a los obstáculos y peligros que esconde este tránsito.
La Pastoral Social Cáritas Panamá aseguró que las personas que escogen este camino para migrar de su país reciben atención humanitaria por parte de las autoridades que se encuentran en la zona, en vista de la descompensación tanto física como emocional que sufren.
Advierte que el número de migrantes «puede desbordar la atención y algunos grupos en la desesperación han seguido el camino a pie para continuar hasta Chiriquí y poder pasar a Costa Rica.»
Las organizaciones católicas que acompañan poblaciones desplazadas activaron la campaña Iglesia Sin Fronteras, para recaudar agua, alimentos, ropa y otros enseres para atender a estas personas en plena selva.
Con información de La Nación.