Tras la muerte de la Reina Isabell II, se activa el protocoló “Operación London Bridge”, el cual constituye una serie de planes cuidadosamente construidos que han estado vigentes desde la década de 1960.
La operación London Bridge es el plan de seguridad del Palacio de Buckingham cuando muere un monarca, y el mismo describe desde cómo se compartirá al público la noticia hasta cuándo ascenderá al tronó el Príncipe Carlos.
También incluye todo lo que sucederá en los siguientes 10 días posteriores a la muerte de la Reina Isabel II, dónde irá su ataúd, cómo el primer ministro abordará públicamente la noticia y cómo el príncipe Carlos pasará sus primeros días como Rey.
El nombre en clave de la reina Isabel es “London Bridge”, y una vez que la noticia de su muerte fue comunicada desde el palacio se utilizará la frase “London Bridge is Down” (El Puente de Londres ha caído).
El secretario privado de la Reina es la primera persona en enterarse de su muerte. Este, tendrá el deber de informar al Primer Ministro, Secretario del Gabinete, a la Oficina del Consejo Privado y a los altos funcionarios mediante el uso de la frase clave: “London Bridge is Down”. Y de esta forma serán informados los Jefes de Gobierno del Commonwealth, la Oficina de Asuntos Exteriores y del Commonwealth.
De esta manera, el Centro de Respuesta Global del Ministerio de Asuntos Exteriores (FCDO) enviará la noticia a los 15 gobiernos fuera del Reino Unido en los que la Reina es Jefa de Estado.
Si la reina muere en Balmoral, se realizarán una serie de rituales en diferentes catedrales escocesas antes de que su ataúd sea trasladado al tren real británico para ser llevado a Londres. Donde será llevada de regreso al Salón del Trono en el Palacio de Buckingham donde permanecerá hasta su funeral, en Abadía de Westminter.
Según el protocoló el ataúd seguirá una procesión desde Hyde Park hasta el Castillo de Windsor, donde descansará junto a su padre, el rey Jorge VI, y su esposo, el príncipe Felipe, en la Capilla conmemorativa del Rey Jorge VI.
DCN