Pieper Lewis, de 17 años de edad, fue condenada el pasado martes 13 de septiembre por homicidio involuntario, ya que asesinó a Zachary Brooks, de 37 años, en junio de 2020, el hombre que la había violado. La condena que le dio el estado de Iowa al hombre fue de cinco años de libertad condicional.
Además, Lewis también tendrá que indemnizar con 150.000 dólares a la familia del presunto violador y todo porque en ese estado la ley contempla que la restitución a las víctimas del crimen es de obligatoriedad.
Pero la historia de Lewis tiene otra arista. Según las declaraciones de la asesina, cuando apenas tenía 15 años de edad, Brooks la obligaba a tener relaciones sexuales con otros hombres. Un día, la adolescente no aguantó más y lo apuñaló hasta quitarle la vida.
Por eso deberá cumplir su condena y de romper esa libertad condicional establecida podría pagar hasta 20 años de cárcel. Esto ha abierto un debate entre la sociedad estadounidense, ya que muchos piensan que el accionar de Lewis tuvo una razón justificable, mientras otros están de acuerdo con lo emitido por la Corte, ya que cometió un delito.
Otro hecho que podría ser abordado como justicia por mano propia o legítima defensa derivó en una tragedia en Brasil. Una mujer, según medios de ese país, intentando contener el ataque de un desconocido que abusó sexualmente de ella en la ciudad de San Pablo, terminó ocasionándole la muerte, tras emplear una técnica de defensa personal propia del arte marcial conocida como jiu-jitsu.
En declaraciones de las autoridades, recogidas por el medio local Band, se precisa que el hecho ocurrió cuando un hombre abordó a dos mujeres en horas de la madrugada, tras salir de una fiesta, con el objetivo de abusar sexualmente de ellas. No obstante, en medio del forcejeo, una de ellas habría intentado reprender el abuso sexual, aplicando la mencionada llave de jiu-jitsu, conocida como “trasero desnudo”.
Tras neutralizar al agresor, la víctima, ahora convertida en victimaria, intentó buscar ayuda de los habitantes del sector; no obstante, para cuando estos acudieron a la escena encontraron que, por efecto del movimiento de artes marciales, el agresor había fallecido.
Aunque inicialmente se afirmó que la causa de la muerte del presunto violador era ahorcamiento, luego de que la mujer explicara su ‘movida’ de artes marciales, se determinó que lo que realmente había sucedido era que la mujer le cortó el flujo sanguíneo al cerebro a su atacante, provocándole la muerte instantánea.
Mientras las autoridades forenses adelantaron la recolección correspondiente de las pruebas y el levantamiento del cadáver del hombre, la mujer víctima fue trasladada a un hospital conocido como Pérola Byington.
Hasta el momento se tiene desconocimiento de si, luego de la muerte del atacante, la mujer, que en efecto sí fue abusada sexualmente, deba enfrentar cargos judiciales por cuenta de la muerte del hombre.
Con información de Semana