Decenas de personas sufrieron torturas y maltratos en centros de detención de los servicios de inteligencia venezolanos, describe un informe publicado por la ONU y que señala a Nicolás Maduro y a los directores de esos órganos como principales responsables de estos crímenes de lesa humanidad.
El informe, elaborado por la Misión Internacional Independiente de la ONU para Venezuela y que será presentado ante el Consejo de Derechos Humanos el 26 de septiembre, describe el horror de esos centros, especialmente El Helicoide, sede principal del Sebin, y la prisión de la Dgcim, ubicada en Boleíta.
El Sebin y la Dgcim «son parte de un mecanismo diseñado para ejecutar el plan gubernamental de reprimir la disidencia y apuntalarse en el poder», destacó la presidenta de la misión, Marta Valiñas, al presentar el informe.
Este cita a 11 personas como principales responsables de los abusos cometidos en estos centros, y en el caso del Sebin señala al actual director general, Gustavo Enrique González, al director de El Helicoide (principal centro de detención) entre 2014 y 2018, Carlos Alberto Calderón, y a su número dos en ese periodo, Ronny González.
En el caso de la Dgcim se menciona al director general Iván Rafael Hernández y a antiguos responsables de distintos estamentos del organismo: Rafael Antonio Franco, Hannover Esteban Guerrero y Alexander Enrique Granko.
Los abusos que se describen en el informe, elaborado con base en 246 entrevistas confidenciales a víctimas, familiares y exfuncionarios, incluyen golpes con objetos tales como bates o mesas, asfixias con bolsas de plástico o humo de granadas, descargas eléctricas a los detenidos o violaciones, algunas con palos de madera.
Torturas
También se denuncia el uso de la «señorita», un dispositivo de tortura mediante la introducción de la víctima en tanques de agua, abusos psicológicos denominados «tortura blanca», amenazas de violar y matar a los familiares de los detenidos, o colocación de alfileres debajo de las uñas.
El informe aporta pruebas de al menos 93 detenidos por el Sebin y 122 por la Dgcim, de los que se torturó al menos a 51 y 77, respectivamente, y los testimonios permiten concluir que al menos 70 personas continúan detenidas en El Helicoide y entre 15 y 20 en los sótanos de Boleíta, ambos situados en la capital caraqueña.
También revela que agentes cubanos instruyeron y participaron en actividades de contrainteligencia de la Dgcim, o que miembros de las dos agencias extorsionaron a detenidos solo por dinero o robaron directamente en sus domicilios.
Maduro «participó en la selección de los objetivos» de estas agencias, que incluyeron militares, políticos opositores, periodistas, activistas de derechos humanos y participantes en protestas contra el gobierno, siempre según el documento.
En el caso del Sebin, exempleados que hablaron con los investigadores de la ONU de forma confidencial aseguraron que las torturas en ocasiones eran ordenadas directamente por Maduro.
También se señala que el primer vicepresidente de Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, impartía órdenes al director general del Sebin.
La misión tripartita de la ONU, que incluye a Valiñas (Portugal), Cox (Chile) y a la argentina Patricia Tapattá, confía en que su informe ayude a la rendición de cuentas por estos abusos, ya sea dentro de Venezuela —algo complicado por la falta de independencia judicial que ellos mismos denuncian— o a nivel internacional.
Con información de Agencia EFE