Nicolás Maduro ha llevado a cabo recientemente un relevo en el titular de su Embajada en Madrid, que se produce en un momento clave, puesto que gobierno y oposición han retomado el diálogo en México y que tanto España como la UE han dado señales inequívocas de su voluntad de aliviar las sanciones si se producen avances.
Según han confirmado a Europa Press fuentes de la Cancillería venezolana, la nueva jefa de misión en Madrid es Coromoto Godoy Calderón, diplomática que anteriormente fue embajadora en Trinidad y Tobago y en India. La propia Coromoto informó en su Twitter de su llegada a Madrid el pasado 16 de noviembre.
Godoy toma el relevo a Mauricio Rodríguez Gelfenstein, quien era encargado de negocios -a un nivel inferior al de embajador- y mantendrá el mismo rango que este ya que para ser embajadora sería necesario pedir el plácet al gobierno español y no hay constancia de que el Ejecutivo venezolano lo haya hecho.
El relevo en la Embajada venezolana en Madrid ha coincidido con la reanudación el pasado 26 de noviembre en México del diálogo entre el gobierno y la oposición, representada por la Plataforma Unitaria. El paso ha sido muy celebrado tanto por Estados Unidos, que ha venido empujando en esta dirección, como por la UE, incluida España.
De hecho, tanto el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, como el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, han dado a entender que si se producen avances en el diálogo, cuyo fin último es la celebración de elecciones democráticas, libres y justas en Venezuela, podrían darse pasos hacia aligerar las sanciones.
«Estamos dispuestos a revisar las sanciones impuestas al gobierno de Nicolás Maduro si se avanza en el diálogo», dijo esta semana Borrell. Fuentes comunitarias han incidido en que las sanciones se impusieron por el deterioro de la democracia en el país y son «reversibles o aumentables en función de la evolución de la situación».
De forma muy similar se ha pronunciado Albares. «Las sanciones se pusieron por unos motivos determinados, no están llamadas a ser eternas, si esos motivos desaparecen», las sanciones también podrían decaer, sostuvo en declaraciones a la prensa durante la reunión de la Internacional Socialista en Madrid.
En una posterior entrevista en El País planteó además la posibilidad de nombrar embajador en Venezuela. País en el que la representación ha estado ostentada por un encargado de negocios desde noviembre de 2020 con la salida de Jesús Silva. Con este gesto, el gobierno mostró su disconformidad con la situación en el país.
Inicialmente, el puesto lo ocupó Juan Fernández-Trigo. Pero su designación como secretario de Estado para Iberoamérica y el Caribe en julio de 2021 obligó al gobierno a buscarle reemplazo. Por ende nombró a Ramón Santos en noviembre de 2021.
«Fue un gesto político que se tomó para propiciar unas condiciones determinadas». Así lo dijo el ministro respecto a la decisión de rebajar de embajador a encargado de negocios al jefe de misión en Caracas, citando expresamente el diálogo que ahora han reanudado gobierno y oposición.
Si estas condiciones se producen «por supuesto que es una decisión susceptible de revertirse», recalcó el ministro. «España no quiere verse sin embajador en un país hermano de América Latina, ni en Venezuela ni en ningún otro».
El ministro negó que con este eventual paso se pueda romper el consenso dentro de la UE, subrayando que «Francia nunca rebajó la condición de embajador a encargado de negocios y Portugal, que sí lo hizo, lo elevó recientemente».
No obstante, aún hay otros países como Alemania, Italia, Grecia, Polonia o Países Bajos que siguen contando con encargado de negocios en Caracas. Europa Press ha contactado con varios de ellos y ninguno ha indicado que por ahora vaya a dar el paso de elevar su representación.
También ocurre lo mismo con la Delegación de la UE en la capital venezolana. Caracas expulsó a la embajadora europea, Isabel Brilhante Pedrosa, en febrero de 2021. Esto en respuesta por las sanciones impuestas por los Veintisiete contra una veintena de diputados y funcionarios venezolanos.
Finalmente, en septiembre de ese año designó encargado de negocios en Venezuela al español Rafael Dochao, rebajando de este modo el nivel de su representación, decisión que se ha mantenido hasta la fecha.
Las fuentes comunitarias consultadas por Europa Press han puntualizado que «cualquier cambio relativo al nivel de relaciones diplomáticas con Venezuela sería discutido con los estados miembro en el contexto de los pasos concretos hacia la democratización».
La división política dentro de la fronteras de Venezuela se extiende también a las representaciones diplomáticas en el exterior. Pues en España conviven la Embajada designada por el chavismo con otra representación nombrada tras la autoproclamacion del opositor Juan Guaidó como ‘presidente encargado’ en enero de 2019.
Antonio Ecarri, que está al frente de esta delegación opositora, ha explicado a Europa Press que esta misma semana acudió a la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación. Esto para llevar personalmente el primer acuerdo surgido de la reanudación del diálogo entre el chavismo y la oposición de Venezuela.
Durante el encuentro, al que asistió el director general para América Latina, Enrique Erik Yturriaga, las autoridades españolas no notificaron «ningún cambio» en las relaciones. Ecarri aseguró que no le consta tampoco una posible renovación en la Embajada de Maduro en Madrid.
El designado de Guaidó, que dice representar «al 99 por ciento de los venezolanos» residentes en España, ha reconocido no obstante que si el Ejecutivo de Pedro Sánchez decidiese elevar el rango de las relaciones diplomáticas con Venezuela, «cambiaría totalmente la política».
«No sería para hacer fiesta», ha añadido, antes de recordar que, pese a los últimos acercamientos entre las partes, «no ha habido un avance real». Esto, en el terreno político en el país sudamericano, donde la oposición sigue reclamando a Maduro la convocatoria de elecciones libres.
Ecarri ha admitido que en enero puede haber un punto de inflexión. Pues será entonces cuando venza el mandato de la actual directiva de la Asamblea Nacional elegida a finales de 2015. La cual, es una base sobre la que Guaidó reivindica su legitimidad para erigirse como alternativa al gobierno chavista.
Cabe recordar que el gobierno español no ha reconocido las elecciones en las que Maduro fue reelegido en 2018. En un primer momento reconoció a Guaidó como presidente encargado de Venezuela. Momento en el que este se autoproclamó como tal en enero de 2020. No obstante, en los últimos tiempos ese reconocimiento quedó en papel mojado, quedando Guaidó relegado al papel de interlocutor dentro de la oposición.
Con información de El Nacional