La economía ucraniana registró el peor retroceso anual de su historia al caer su producto interior bruto (PIB) alrededor de un 30,4 % en 2022, pero aun así le va ligeramente mejor de lo esperado ante la destrucción física, los continuos cortes de electricidad y los enormes cambios demográficos causados por la guerra.
«La solidaridad es algo que ha definido a las empresas ucranianas durante la invasión rusa», dice a Efe Marina, de Dnipro, gestora de proyectos en una empresa de tecnologías de la información.
Ha sido testigo de cómo varias pequeñas empresas han cooperado para compartir generadores eléctricos y aparatos de calefacción para mitigar los efectos de los cortes de luz en su capacidad para atender a los clientes.
«Un salón de masajes al que acudo regularmente no tiene generador, así que el dueño se asegura de pedir prestado a los vecinos un generador para calentar el local cada vez que va a venir un cliente durante un corte de luz», pone como ejemplo Marina.
Esto, así como cierta adaptación del sistema energético a los ataques rusos cada vez más rutinarios con misiles y drones, puede explicar por qué el ritmo de caída del PIB del país se ralentizó hasta el 34 % interanual en diciembre, después de un 37 % interanual en noviembre.
En total, según las estimaciones preliminares publicadas el jueves por el Ministerio de Economía ucraniano, el PIB se contrajo un 30,4 % en 2022, con más del 28 % de los ucranianos sin trabajo.
«Es el peor resultado desde la independencia en 1991, pero mejor de lo que la mayoría de los expertos esperaban al comienzo de la invasión a gran escala, cuando las estimaciones de caída del PIB oscilaban entre el 40 % y el 50 %, o incluso más», subraya el ministerio.
A lo largo de la invasión, la caída de la actividad económica ha estado determinada por la destrucción física de muchos activos productivos, como grandes plantas en el este del país e infraestructuras agrícolas en el sur, así como por los grandes flujos de refugiados dentro y fuera del país.
La industria metalúrgica, pilar de las exportaciones del país, perdió, por ejemplo, un tercio de todos sus activos, ya que las plantas «Azovstal» e «Illicha» de Mariúpol quedaron completamente destruidas, mientras que ArcelorMittal Kryvyi Rih y la planta de coque de Avdiivka sufrieron daños.
Con las exportaciones a través de los puertos del Mar Negro y el Mar de Azov completamente bloqueadas, la producción de la industria cayó alrededor de un 70 %.
La situación del sector agrícola, otro de los motores del crecimiento económico de los últimos años, se resolvió con la «iniciativa del grano», respaldada por la ONU, que ayudó a reanudar las exportaciones desde tres puertos ucranianos en la zona de Odesa.
Según el viceministro de Economía, Taras Kachka, el maíz se convirtió en la exportación número uno de Ucrania en 2022, tanto en lo que respecta a la cantidad (25 millones de toneladas). como al valor (5.950 millones de dólares).
En conjunto, la exportación se desplomó un 35 % en términos monetarios al lograr Ucrania exportar unos 100 millones de toneladas de mercancías por valor de 44.000 millones de dólares. Las exportaciones de mineral de hierro y trigo cayeron un 58 % y un 44,7 % respectivamente.
La relativa adaptación a las condiciones en tiempos de guerra, que hizo que algunas empresas desplazadas reanudaran la producción en Ucrania occidental y central y que las exportaciones aumentaran durante el tercer trimestre de 2022, dio lugar incluso a predicciones más optimistas sobre su posible crecimiento en 2023, y el Banco Mundial afirmó a principios de octubre que esperaba que la economía ucraniana creciera un 3,3 % el año siguiente.
No obstante, el inicio en octubre de los ataques masivos deliberados rusos contra las infraestructuras energéticas ucranianas supuso un nuevo golpe para la economía del país e hizo aún menos fiable cualquier predicción, dijo a Efe el director del Centro de Estrategia Económica, Hlib Vyshlinskyi.
Explicó que mucho depende de la capacidad de la defensa antiaérea ucraniana para proteger sus infraestructuras ante un misil potencialmente capaz de provocar daños desproporcionados.
Se espera que la duración y la intensidad de la guerra sigan siendo uno de los principales factores que influyan en la recuperación económica, según el Memorándum sobre política económica y financiera en el marco del nuevo programa de supervisión del Fondo Monetario Internacional (FMI), publicado por el Ministerio de Finanzas a finales de diciembre.
El documento estima que el PIB puede crecer en torno al 1 % en 2023, con una caída de la inflación del 30 % a finales de 2022 al 22,5 % este año. Rostyslav Averchuk.
Con información de Agencia EFE