Los legisladores republicanos dejaron claro este miércoles que seguirán apostando por la prohibición del aborto como una de sus prioridades centrales y aprobaron, en una de las primeras votaciones de esta legislatura, una iniciativa para proteger al «nacido vivo».
Un total de 220 dijeron sí a un proyecto de ley presentado por la congresista republicana de Misuri, Ann Wagner, frente a los 210 demócratas que la rechazaron.
Aun así, no se prevé que este proyecto prospere pues los demócratas son mayoría en el Senado y para convertirse en ley tendría que ser aprobado por la Cámara Alta y ser ratificada por el presidente, Joe Biden.
Sin embargo, el hecho de que hayan elegido esta ley como una de las primeras en votar en este 118 Congreso, que arrancó el pasado sábado de madrugada y en el que los conservadores se estrenan como mayoría, es una muestra de que la lucha contra el aborto y la defensa a la vida será una de sus prioridades en los últimos dos años del Gobierno de Biden.
También de que la extrema derecha del Partido Republicano va a tener mucho poder en la Cámara, como mostró la reciente elección como presidente de la cámara de Kevin McCarthy, en la que una veintena de congresistas de extrema derecha fue definitoria. Le dieron su apoyo a cambio de concesiones.
La iniciativa aprobada hoy, bautizada con el apelativo de «ley de protección al nacido vivo», busca «prohibir que un profesional de la salud no ejerza el grado adecuado de atención en el caso de un niño que sobrevive a una aborto o tentativa de aborto», apunta el texto.
Es decir, obligaría a los proveedores médicos a cuidar a un bebé que sobrevive a un intento de aborto, algo que es extremadamente raro.
En opinión de Planned Parenthood, la mayor red de clínicas de servicios reproductivos de EE.UU., el proyecto de ley es «deliberadamente engañoso y ofensivo para las personas embarazadas, y médicos y enfermeros que brindan su atención» y una táctica más de generar «miedo artificial», utilizada para estigmatizar el aborto, opinó en un comunicado Jacqueline Ayers, vicepresidenta del departamento de política y campañas de la organización
Es, añadió, «otro intento más de los políticos antiabortistas de difundir información errónea como un medio para lograr su retorcido objetivo: prohibir el aborto seguro y legal».
A día de hoy, agregó, las leyes existentes ya requieren que los médicos provean atención médica adecuada así que este «engañoso» proyecto crea «un problema que no existe».
La portavoz del Gobierno, Karine Jean-Pierre, dijo en su rueda de prensa diaria que, aunque los estadounidenses han dejado claro en las últimas elecciones de noviembre que apuestan por la defensa de las mujeres y su derecho a elegir, los republicanos están haciendo «oídos sordos».
«El presidente (Biden) sabe que la capacidad de las mujeres para tomar sus propias decisiones sobre el cuidado de su salud no es negociable», apuntó.
En la jornada de hoy, también se aprobó por 222 votos a favor frente a 209 en contra una iniciativa de los republicanos para condenar los recientes ataques que han sufrido las instalaciones y grupos antiabortistas, así como las iglesias que trabajan contra el aborto.
En junio del año pasado, el Tribunal Supremo revocó el fallo «Roe contra Wade», que desde 1973 protegía a nivel federal el derecho al aborto hasta las 23 semanas de gestación.
Esto fragmentó al país en diferentes zonas con 18 estados, la mayoría en el sur, que prohíben el aborto casi por completo; mientras que otros estados aún están enzarzados en batallas legales.
La derogación del derecho al aborto fue posible porque Donald Trump, que gobernó de 2017 a 2021, consiguió colocar en el Tribunal Supremo a tres magistrados conservadores y afianzó la mayoría que la derecha ya tenía en esa instancia.
Con información de EFE