Según el Servicio Geológico de Estados Unidos el terremoto ha alcanzado una magnitud 7,8 en la escala de Richter, reduciendo miles de edificios a escombros y provocando más de un millar de muertes.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha informado de que en su país hay al menos 912 muertos y más de 5.300 heridos. “No sabemos cuánto se elevará [el número de] vidas pérdidas”, ha reconocido el presidente, debido a que todavía queda un gran número de personas entre los escombros de los 2.800 edificios que se han venido abajo.
En Siria, se han notificado de momento 320 en áreas del país controlados por el Gobierno de Damasco y otros 147 en zonas del noroeste en manos de la oposición, según diversas fuentes consultadas por la agencia Efe. Además, hay centenares de heridos.
Se trata del mayor terremoto registrado en los dos países como mínimo en casi tres décadas, según sus respectivos observatorios sismológicos.
Erdogan ha elevado mucho más la dimensión de lo ocurrido. Se trata, según las palabras del presidente, de “la mayor tragedia del último siglo desde el terremoto de Erzincan en 1939″. El movimiento se ha sentido con fuerza en 14 países, entre los que se encuentran Líbano, Israel, Chipre y Jordania.
“Nuestra prioridad es sacar a las personas atrapadas bajo los edificios derrumbados y trasladarlas a los hospitales”, ha dicho el ministro del Interior turco, Suleyman Soylu, que ha anunciado la declaración del nivel más alto de alarma.
También se ha puesto en estado de alerta a las Fuerzas Armadas en la zona para participar en lo que sea necesario. “Estamos recibiendo notificaciones de muchos lugares, nuestros equipos de salvamento han sido enviados a la zona, se están preparando y enviando aviones de carga”, añadió el ministro.
Según el gobierno turco ya hay 9.000 efectivos de equipos de rescate desplegados sobre el terreno e irán aumentando en las próximas horas a medida que llegue ayuda de otras provincias y otros países.
Ankara ha emitido una petición de ayuda internacional y varios gobiernos han respondido ya: el presidente de EE UU, Joe Biden, ha puesto a disposición de Turquía la ayuda de la agencia USAID y el vecino Azerbaiyán ya ha enviado a 370 efectivos de protección civil. La Unión Europea también se ha comprometido a prestar asistencia.
En Damasco, la capital siria, y en las dos principales ciudades libanesas, Beirut y Trípoli, varias personas salieron a las calles al sentir el temblor y muchas huyeron en coche.
Horas más tarde, el ministro libanés del Interior, Basam Maoulaoui, ha señalado que ningún edificio se ha derrumbado, aunque ha exhortado a los habitantes de inmuebles antiguos a evacuarlos “si ven fisuras, para evitar una nueva catástrofe”, informa Antonio Pita.
Con información de El País.