Documentos internos de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) obtenidos por The Associated Press muestran que a la petrolera estatal se le debían $10.100 millones desde agosto de 2022 por parte de 90 empresas comerciales; además se adeudan $13.300 millones adicionales en facturas impagas, correspondientes a 241 envíos de crudo
Una startup tiene como dirección un pequeño domicilio en un barrio de la capital de Venezuela, cuyo dueño nunca ha oído hablar de la compañía. Otra es una empresa fachada con sede en Hong Kong creada en 2020. Otra más pertenece a un negociante español de materias primas acusado en Estados Unidos, de presuntamente ayudar a oligarcas rusos a lavar ganancias mal habidas y en medio de todo ello Pdvsa.
Son parte de las decenas de intermediarios furtivos que son el blanco de una nueva campaña en Venezuela contra la corrupción en la empresa petrolera estatal Pdvsa, la cual ha obligado a miembros del gobierno a correr en busca de refugio. Mientras tanto, el común de los venezolanos se preguntan a dónde fueron a parar más de 20.000 millones de dólares de la exportación de petróleo.
Documentos internos de Petróleos de Venezuela obtenidos por The Associated Press muestran que a la petrolera estatal se le debían $10.100 millones desde agosto de 2022 por parte de 90 empresas comerciales, en su mayoría desconocidas, que se han convertido en los principales compradores de crudo venezolano desde que Estados Unidos impuso sanciones económicas al gobernante Nicolás Maduro.
Resalta la información que se adeudan $13.300 millones adicionales, correspondientes a 241 envíos, como resultado de una maniobra contable en octubre por parte de Pdvsa que reasignó la responsabilidad de cobrar las facturas impagas directamente a la administración de Maduro en lugar de regalías en efectivo. Eso es más que todas las reservas de moneda extranjera del país.
Todos los cargamentos de petróleo se vendieron en consignación con un gran descuento debido a las sanciones, que han ahuyentado a los comerciantes más establecidos.
La dependencia de Pdvsa de los intermediarios aumentó en 2020, cuando la administración de Donald Trump amplió las sanciones con la amenaza de dejar fuera de la economía norteamericana a cualquier individuo o empresa, independientemente de su nacionalidad o ubicación, que realice negocios con el gobierno de Maduro.
La acción punitiva, combinada con una caída mundial de la demanda de petróleo inducida por la pandemia, hizo que la producción venezolana cayera en picada a 350.000 barriles por día, 10% de lo que producía cuando Hugo Chávez asumió la presidencia en 1999.
Para vender lo poco que se está produciendo, Maduro con la ayuda de los aliados Rusia e Irán (también sancionados por EEUU) ha tenido que depender de una compleja red de intermediarios. La mayoría son empresas ficticias, registradas en jurisdicciones conocidas por el secreto. Los compradores despliegan los tanqueros fantasmas que ocultan su ubicación y entregan sus valiosos cargamentos en medio del océano antes de que lleguen a su destino final.
Para evitar los bancos occidentales, Venezuela comenzó a aceptar pagos en rublos rusos, bienes de trueque o criptomonedas. Pero no todos pagaron.
Entre los que figuran en la lista de morosos se encuentra Walker International, que le debe a Pdvsa unos $77 millones, según los documentos vistos por AP. La empresa está registrada en los Emiratos Árabes Unidos, pero tiene como domicilio en Venezuela una modesta casa al pie de la cordillera que separa a Caracas del mar Caribe.
El dueño de la casa, Andrés Muzo, expresó su consternación de que su casa de alguna manera pudiera verse envuelta en un caso de corrupción internacional.
«Me estoy enterando de esto en este momento», dijo Muzo después de ver su dirección en los registros corporativos de Dubai, que fueron descubiertos por primera vez por el sitio web de noticias venezolano Armando.info. Sacudió la cabeza y dijo que consultaría con las personas que alquilan su garaje adyacente para un negocio de cambio de aceite. «No sabemos nada», dijo Muzo.
El corredor con la deuda más grande es M and Y Trading Co, que se registró en Hong Kong en 2020. Le debe a Pdvsa más de $1.200 millones, según los documentos internos, que alguien con conocimiento de las transacciones compartió con AP con la condición de que permanecer en el anonimato.
Otro proveedor preferido fue United Petroleo Corp, que se registró en Panamá en 2021 y debe más de $468 millones. Uno de los cargamentos de United, un envío de 600.000 barriles en septiembre pasado, está en el centro de una controversia en la isla caribeña holandesa de Curazao, donde el crudo venezolano se almacena en una instalación vinculada a Estados Unidos.
Otro de los socios de referencia de Pdvsa fue Treseus International. La correduría de materias primas, que no respondió a un correo electrónico en busca de comentarios, está dirigida por Juan Fernando Serrano, un español acusado el año pasado de cargos de lavado de dinero en un tribunal federal de Manhattan por conspirar para contrabandear petróleo en nombre de rusos ricos.
Con información de AP / Tal Cual / El Regional del Zulia