La diáspora venezolana sigue siendo un reto en términos de migración para Colombia, y uno de los múltiples desafíos a lo largo de los últimos cinco años ha sido caracterizar a esta población para poder diseñar políticas públicas que respondan a las necesidades de más de 2,5 millones de venezolanos que se encuentran en ese país.
Por esta razón, el Dane, con el apoyo del Banco Mundial y la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), volvió a realizar su encuesta Pulso de la Migración, dirigida a esta comunidad. Se busca conocer su situación migratoria y sus condiciones de salud, trabajo, educación, entre otros. En total, entrevistaron a 6.582 personas que migraron a Colombia desde 2018 en adelante.
Una de las principales conclusiones de la encuesta evidencia que el reto de regularizar a la población migrante sigue sin resolverse con éxito, pues 37,4% de los consultados dijeron que no tienen ningún permiso o documento de regularización para permanecer en Colombia.
Aunque, por otro lado, un poco más de la mitad de los encuestados (56,7%) aseguró que tiene el Permiso de Protección Temporal; 4% aseguró tener el Permiso Especial de Permanencia, 0,3% dijo que tiene salvoconducto tras pedir asilo o refugio y 0,1% señaló que posee el Permiso Especial de Permanencia para el Fomento de la Formalización.
Sobre las razones por las que hay una población sin ningún tipo de permiso, 27,9% dijo que “tiene un documento de regularización en trámite”. El otro 26% de esta categoría dijo que era colombiano retornado y no precisaba de estos permisos. 17% afirmó que no lo necesitaba. Por otro lado, está la población que no ha accedido a estos por falta de información (8%) o por no cumplir los requisitos (6,7%). 16,4% dio distintas razones para la falta de documentación de regularización.
La falta de documentos sigue siendo una de las principales barreras para acceder a educación, atención de salud y oportunidades laborales.
Entre los consultados, 71,9% dijo que en su hogar viven niños, niñas o adolescentes. A ese grupo de personas se les indagó sobre si alguno de los menores actualmente no está estudiando: 14,5% dijo que sí.
Al preguntar por las causas de esa situación, 34,2% manifestó que no ha podido acceder al estudio porque no cuenta con los papeles para inscribirse en una institución educativa; 12,3% señaló que no consiguió cupo; 6% dijo que por falta de dinero; 4,1% aseguró que no quiere seguir estudiando; 1,3% indicó que el menor trabaja y 1% aseguró que el sitio de estudio le queda muy lejos.
Este mismo escenario se ve cuando el estudio averiguó por la situación de salud de los migrantes.
A la pregunta: “¿Se encuentra afiliado/a al sistema de salud de Colombia?”, 64% respondió que sí y 34,7% dijo que no.
Entre las razones por las que aseguraron no estar afiliados, más de la mitad (56,3%) dijo que no ha podido ingresar al sistema porque no cuenta con los documentos. Otras causas de esto son que desconocen cómo es el proceso (15,4%); no tienen empleo formal (9,8%); desempleo (3,1%); ha estado sano (1,9%); es muy costoso el pago (1,5%) y 5,9% expuso otras razones. Vale la pena aclarar que 15,1% manifestó que está en proceso de afiliación.
Para acceder al escenario laboral, la documentación también se ha convertido en un problema. De los encuestados, 47,6% aseguró haber tenido dificultades “para encontrar un trabajo en Colombia”. De este universo, 52,6% señaló que el principal problema ha sido que le “han exigido documentos que no tiene”.
Otros aspectos han sido la discriminación (34%), ofertas con baja remuneración o malas condiciones de trabajo (26,2%), falta de experiencia (17,1%). Dificultades para acreditar la experiencia laboral (11,1%) e imposibilidad para dedicarse a un empleo a tiempo completo (5,4%).
A pesar de la falta de documentación y los problemas de acceso que esto conlleva, buena parte de los venezolanos encuestados tienen intenciones de quedarse en Colombia, al menos por el próximo año.
81,7% de los encuestados respondieron que planean residir en el país en los próximos 12 meses. Solo 2,6% tendría intenciones de regresar a Venezuela y 1,1% buscaría migrar hacia un tercer país. 14,6% de los encuestados aún no tienen planeado qué van a hacer de aquí a un año.
Según los datos recolectados por el Dane, Colombia se ha convertido en un país en el que buena parte de la población migrante venezolana ha encontrado mejores condiciones que en su país y por eso han decidido quedarse. 81,5% de los que comentaron que se quedarían aseguraron que lo hacían porque “Colombia ofrece buenas condiciones laborales, de ingresos, de vida, estudio y clima”. En segundo lugar está el tema de que “mis familiares pertenecen a este país”, con 13,5%.
Con 10%, los migrantes venezolanos que se quedarían en Colombia respondieron que la razón era porque pertenecían a este país. Por otro lado, 5,8% de los encuestados en esta categoría dijeron que permanecían en territorio nacional ante las malas condiciones laborales de otros países.
En cuanto a una posible reunificación familiar en Colombia, 22,4% de los encuestados dijeron que al menos un “miembro de su hogar o familia en Venezuela tiene planes de migrar” al país.
Si se mira las cifras al detalle, se puede observar que 23,5% de los que le apuestan a una reunificación en el territorio nacional están en la población entre los 24 y los 25 años. 21,2% están entre los 15 y los 24 años y 17,2% son mayores de 55 años. Este dato debe verse articulado con la pirámide poblacional de venezolanos en Colombia. El sector más grande en el país es el de 25 a 34 y le sigue el de 15 a 24 años.
Aunque hay un amplio sector de venezolanos migrantes que pretende quedarse en Colombia, la discriminación sigue siendo notoria. Poco más de un cuarto de los encuestados (26,8%) dijo haberse “sentido discriminado desde que llegó a Colombia”. De este universo estadístico, 86,9% señaló que fue discriminado por cuenta de ser migrante, 13,1% dio otras razones.
65,7% de las personas encuestadas que se sintieron discriminadas respondieron que sufrieron de estas conductas en la calle y en lugares públicos, 33,4% fueron víctimas en sus trabajos y 31,4%, en el momento en que estaban buscando un lugar para vivir en arriendo. 20,1% de esta población fue discriminada en el transporte público; 17,1%, en el barrio, y 10,3%, en instituciones educativas. También hubo casos (9,1%) en establecimientos de salud, instituciones de justicia (1,4%) y en oficinas de Migración o de la Cancillería (0,8%).
¿Cuáles son los retos y en qué trabajar para disminuir la discriminación?
Sabemos que los mayores retos en cuanto a discriminación están ligados al acceso al trabajo. Hay una manera de afrontar eso y es resaltar los beneficios de la integración socioeconómica de la población venezolana y los beneficios para toda la sociedad, porque son personas que pueden pagar impuestos y tener mejores niveles de consumo.
¿Qué factores influyen para que 26,8 % de los migrantes se sientan discriminados?
En diferentes análisis hemos visto que se percibe que la población venezolana viene a competir por unos recursos, que ya se perciben escasos y que son muy bien valorados como el acceso al trabajo, con la población colombiana.
¿Cómo afecta este tema el proceso de integración?
Es un factor que efectivamente se convierte en una barrera para la integración. El país ha hecho esfuerzos muy importantes en todos los niveles para acoger a la población venezolana, pero en algunas ocasiones esos esfuerzos en el día a día se pueden ver obstaculizados por manifestaciones de discriminación.
Con información de El Nacional