Arabia Saudita y Rusia anunciaron este martes que extenderán hasta final de año los recortes voluntarios del suministro de crudo para apuntalar los precios, lo que impulsó la cotización del barril de Brent y del WTI a un máximo desde noviembre.
Riad -el mayor exportador de crudo del mundo -inició en julio una reducción del bombeo de un millón de barriles diarios (mbd) y este martes el Ministerio de Energía del reino saudita dijo que mantendrá esta política hasta diciembre.
Arabia Saudita anunció que reduciría su oferta a partir de julio en la reunión de junio de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP), liderada por Riad, y que incluye a otros aliados, como Rusia.
Rusia también informó este martes que mantendrá una reducción voluntaria de sus exportaciones de petróleo de 300.000 bd hasta fin de año.
Después de los anuncios, las dos referencias mundiales del precio del crudo, el barril de Brent del mar del Norte y el WTI tocaron un máximo no registrado desde noviembre pasado.
Hacia las 15H45 GMT, el barril de Brent del mar del Norte, para entrega en noviembre, subió 2,34% a 91,08 dólares, tras haber trepado hasta 91,15 dólares durante la jornada.
La referencia estadounidense, el barril West Texas Intermediate (WTI), para octubre, ganó 2,84% a 87,98 dólares, tras haber llegado a los 88,07 dólares durante los intercambios.
Según Arabia Saudita esta política tiene como objetivo «apoyar la estabilidad y el equilibrio de los mercados petroleros».
«La producción del reino para los meses de octubre, noviembre y diciembre será de alrededor de nueve mbd», dijo el ministerio saudita en un comunicado.
Esta estrategia será «revisada mensualmente con miras a reducir aún más la producción o aumentarla», afirmó.
Por su parte, el vice primer ministro ruso, Alexander Novak, a cargo de cartera de Energía, afirmó que esta medida «tiene como objetivo fortalecer las medidas de precaución tomadas por los países de la OPEP+ para mantener la estabilidad y el equilibrio de los mercados petroleros».
Los dos países precisaron que estos recortes de producción «se revisan mensualmente para decidir si se profundizan o se reducen en función de las condiciones del mercado», explicó Giovanni Staunovo, experto de UBS. «Esta política de flexibilidad permite a Arabia Saudí conservar el control del mercado del petróleo», añadió.
«Las reducciones adicionales parecen haber estimulado los precios, y la oferta parece restringida en el cuarto trimestre a pesar del aumento de la producción de Irán y algunos otros países», dijo a AFP Justin Alexander, director de la consultora Khalij Economics.
«Sin embargo, este esfuerzo ha tenido un costo para el reino, que ha reducido su oferta», agregó.
La producción diaria de Arabia Saudita es de unos nueve millones de bd, muy por debajo de su capacidad diaria, oficialmente de 12 millones de barriles.
En agosto, el gigante petrolero saudita Aramco anunció ganancias de 30.080 millones de dólares para el segundo trimestre, una disminución del 38% en comparación con el mismo período de 2022, cuando los precios se dispararon tras la invasión rusa de Ucrania.
Esta disminución de los beneficios «refleja principalmente el impacto de la caída de los precios del crudo y el debilitamiento de los márgenes del refinado y los productos químicos, dijo la compañía, el principal motor de la economía saudita.
Arabia Saudita posee el 90% de las acciones de Aramco y depende en gran medida del petróleo para financiar el ambicioso programa Vision 2030 del príncipe heredero Mohammed bin Salmán, que incluye reformas económicas y sociales para limitar la dependencia del país de su oro negro.
Con información de Banca y Negocios