Cada 16 de octubre en más de 150 países, se conmemora el aniversario de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), celebrando el Día Mundial de la Alimentación. Esta fecha convoca a diversos sectores de la sociedad en una campaña de sensibilización, concienciación y acción para la construcción de la seguridad y soberanía nutricional y alimentaria de los pueblos del mundo. Este año, como parte de las acciones de las Naciones Unidas para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), el enfoque de esta importante fecha es centrar esfuerzos en el cuidado y acceso al agua como recurso vital para la preservación de la vida.
El representante de FAO en Venezuela, Alexis Bonte, responde a cinco preguntas sobre la alimentación en el país y en el mundo, a propósito de la fecha y de los alarmantes datos presentados por las Naciones Unidas en el marco del Día Mundial de la Alimentación.
—¿Cuál es el mensaje que promueve la FAO para celebrar el Día Mundial de la Alimentación?
—El tema de este año es sobre el agua, bajo el lema: “El agua es vida. El agua nutre. No dejar a nadie atrás”. En este 2023 las Naciones Unidas busca generar conciencia sobre el uso de este importante recurso natural. Es importante recordar que el agua es esencial para la vida en la Tierra. Cubre la mayor parte de la superficie del planeta, constituye más de 50 % de nuestros cuerpos, produce nuestros alimentos y sustenta los medios de vida. Pero este recurso preciado no es infinito y debemos estar muy conscientes de ello. Los alimentos que comemos y su forma de producción afectan al agua. Es por ello, por lo que cada vez está más vigente la gran necesidad de transformar nuestros sistemas alimentarios. Juntos podemos tomar medidas relacionadas con el agua para la alimentación y hacer el cambio. Juntos podemos crear un futuro alimentario mejor y más sostenible para todos. Haz del Día Mundial de la Alimentación tU día.
—Desde su visión, ¿cuáles son los desafíos que debemos superar para lograr gestionar el agua de una manera responsable?
—El rápido crecimiento de la población, la urbanización, el desarrollo económico y el cambio climático han pasado una elevada factura a nuestros recursos hídricos. Junto con la contaminación, la extracción excesiva y la mala gestión del agua en general, esto ha creado una combinación compleja de desafíos. Dado que cerca de 70% del agua dulce se destina a la agricultura, la tarea más crucial es cambiar la forma en que producimos nuestros alimentos, fibras y otros productos agrícolas. Es también aquí donde la inacción tendrá las consecuencias más graves. En resumen, el desafío en términos de seguridad alimentaria y nutricional es producir más alimentos con menos agua.
—Concretamente, ¿qué podemos hacer para dar un paso al frente en el resguardo de nuestro vital líquido?
—Creo que podemos hacer muchísimas cosas si tenemos voluntad de hacerlo, entre ellas:
a. La gestión del agua más prudente comienza con la creación de asociaciones. Esto significa que, es importante la creación de alianzas, siempre que sea posible, es muy importante trabajar juntos, los gobiernos, investigadores, las empresas y la sociedad civil para crear soluciones que garanticen la seguridad del agua para las generaciones futuras.
b. Los gobiernos deben diseñar políticas basadas en la ciencia y la innovación, y coordinar intersectorialmente para planificar y gestionar mejor el agua. El agua, la energía y los alimentos están super conectados, y para que las políticas tengan éxito, es importante que gestionen intereses que a menudo compiten entre sí, sin comprometer la salud de nuestros ecosistemas. Una gran parte de esto implicará encontrar maneras de producir más alimentos y productos agrícolas con menos agua. Pero también significa prevenir la degradación de las masas de agua y la calidad del agua, y recuperar los ecosistemas terrestres y acuáticos dañados. Significa garantizar que las personas, sin importar dónde vivan y quiénes sean, tengan acceso a suficiente agua limpia y los medios para resistir las crisis relacionadas con el clima. Para que estas políticas funcionen, deben estar respaldadas por una mayor inversión, legislación, tecnologías, enfoques innovadores y fortalecimiento de las capacidades.
c. Los agricultores deben convertirse en agentes de la gestión del agua y estar equipados con las herramientas adecuadas para hacerlo de manera sostenible. Apoyarlos y alentarlos a que lideren la búsqueda e implementación de soluciones en el ámbito del agua.
d. Las empresas deben convertirse en custodias del agua, esto significa asumir compromisos concretos para mejorar la eficiencia en el uso del agua y reducir la contaminación en toda la cadena de suministro.
e. Todos nosotros debemos dejar de creer que el agua es infinita. Decidir por productos menos procesados, desperdiciar menos agua y menos alimentos, y prevenir la contaminación, todas esas son maneras fáciles para que todos contribuyamos a la acción positiva para el futuro de los alimentos, las personas y el planeta.
—¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros para contribuir a la buena gestión del agua?
—Me gustaría, desde mi opinión compartirle algunas sugerencias al respecto:
Fuente: El Nacional