El presidente dominicano y partidos firman un pacto que fija la posición ante la crisis en Haití

El presidente dominicano, Luis Abinader, casi una treinta de fuerzas políticas (ninguna de las principales de la oposición) y una veintena de intelectuales, entre ellos rectores de universidades, firmaron este jueves en Santo Domingo un pacto para establecer posiciones ante la crisis que vive el vecino Haití.

Antes de la firma del llamado Pacto Nacional para la Formulación y Ejecución de Políticas de Estado frente a la Situación de Haití, Abinader opinó que República Dominicana debe alcanzar un consenso para afrontar con un sentido nacional, patriótico y humano la crisis en ese país, que calificó de «casi única» en la región y de «muy particular» en el mundo.

Destacó que aquellas formaciones políticas que no acudieron a rubricar el documento, entre ellas el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y la Fuerza del Pueblo (FP), principales de la oposición, «siempre tendrán la puerta abierta y la silla para participar en esta toma de decisiones», que, subrayó, no tiene sesgos partidistas.

Migración y fronteras, entre los puntos del acuerdo

Según un comunicado oficial, el documento está sustentado en las políticas de relaciones exteriores, migratoria, fronteriza y económica que el Gobierno plantea de cara a la crisis en Haití y su impacto en las relaciones entre ambas naciones.

El texto asegura que República Dominicana «está dispuesta a estimular y respaldar» a la comunidad internacional en el esfuerzo de rescate y reconstrucción de Haití, cuando las soluciones estén encaminadas a procurar la pacificación y a brindar asistencia económicamente a ese país y su población por medio de un plan de crecimiento y desarrollo a mediano y largo plazo.

Asimismo, defiende que la comunidad internacional incentive la institucionalización de Haití y que se garantice el respeto de la integridad territorial y demográfica de las dos naciones que comparten la isla.

En cuanto a política migratoria, afirma que República Dominicana afronta en la actualidad un fenómeno que dejó de ser solo un problema de migración para convertirse en un «impostergable reto a la seguridad nacional y regional»; desafío que impacta, por su magnitud y complejidad, a su ordenamiento jurídico e institucional.

Se indica que el país defiende en materia migratoria el principio de la debida regulación del ingreso y tránsito a través de sus fronteras, así como la permanencia y el libre desempeño del ejercicio laboral de extranjeros debidamente autorizados para vivir e interactuar en suelo dominicano, de conformidad con las disposiciones legales que rigen en territorio dominicano.

Respecto al tema fronterizo, en el pacto se afirma que es un «gran compromiso patrio» de todo dominicano y del Estado, salvaguardar la integridad de sus fronteras, así como la convivencia, sin ceder ni retroceder en el dominio y gestión responsable del territorio.

En la actualidad, entre República Dominicana y Haití hay una crisis debido a la construcción de un canal por parte haitiana para tomar agua del fronterizo río Masacre o Dajabón, que el Gobierno dominicano califica de «ilegal» y considera que viola el Acuerdo de Paz, Amistad Perpetua y Arbitraje firmado por ambas naciones en 1929.

En respuesta, a mediados de septiembre pasado, Abinader decretó una serie de medidas, entre ellas el cierre total de las fronteras y, aunque un mes después flexibilizó esas decisiones para la apertura gradual de los mercados binacionales, los haitianos han decidido no participar de ese intercambio comercial.

Fuente: EFE

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