La política vuelve a rondar sobre el béisbol cubano tras la conformación de un combinado de peloteros que residen fuera de la isla y están desvinculados de la federación oficial, y que pretende representar en torneos internacionales a la isla con el lema «Patria y vida».
La Federación Profesional Cubana de Béisbol (FEPCUBE), creada en 2023 al margen de la oficial Federación Cubana de Béisbol (FCB), confirmó recientemente su presencia en la Serie Intercontinental de 2024, que se celebra del 25 de enero al 1 de febrero en Barranquilla (Colombia).
Esta novena pretende emplear la bandera cubana y el himno nacional en dicho torneo, según adelantó su gerente general, el estelar lanzador cubano retirado Orlando ‘Duque’ Hernández. Sería la primera vez que algo así sucede.
Entre los peloteros que han confirmado que jugarán con este equipo se encuentran estrellas de Grandes Ligas de Estados Unidos como los hermanos Yulieski Gurriel y Lourdes Gurriel Jr, Aroldis Chapman, Yandy Díaz y Jorge Soler, entre otros.
Muchos de ellos han tenido que llegar de forma irregular a Estados Unidos porque los peloteros cubanos sólo pueden jugar legalmente en otra liga si la FCB ejerce de mediadora con la federación anfitriona y desde 2019 la federación no lo tiene acuerdo con las Grandes Ligas por decisión del entonces presidente estadounidense Donald Trump.
FEPCUBE indicó asimismo que no podrán sumarse al combinado aquellos peloteros que participaron en competencias internacionales con equipos vinculados con la FCB.
La inclusión de este equipo en un torneo internacional en nombre de Cuba provocó las críticas inmediatas del Gobierno isleño.
La FCB, que había declinado participar en ese evento por estar fuera del calendario competitivo de la Confederación Mundial de Béisbol, denunció que la FEPCUBE pretendía «usurpar funciones únicamente asignados» a su institución.
También consideró que ese conjunto persigue fines que «trascienden lo deportivo» y lo asoció con «una campaña vinculada a la organización, financiamiento y promoción de actos violentos contra instituciones y la legalidad en Cuba con fines de desestabilización» política.
El Gobierno de Colombia se desmarcó este martes de la FEPCUBE y de la Serie Intercontinental 2024 que se juega en su territorio, y mostró su total apoyo a la FCB.
El Ministerio de Deportes y el Comité Olímpico colombianos comunicaron que FEPCUBE «pretende utilizar el nombre, la representación y los símbolos patrios de la República de Cuba, sin la respectiva autorización del órgano competente del país de origen y sin tener el reconocimiento del gobierno colombiano o de las autoridades deportivas de nuestro país».
«El uso de estos símbolos se interpretaría como una clara infracción a los derechos constitucionales y deportivos de la República de Cuba», consideraron las autoridades colombianas.
No es la primera que vez que un grupo de peloteros cubanos residentes en Estados Unidos intenta jugar representando a su país de origen, pero de manera independiente.
En 2022, varios deportistas crearon en Miami la Asociación de Beisbolistas Profesionales Cubanos (ACPBP) con la intención de llegar al V Clásico Mundial, pero la Confederación Mundial de Béisbol y Sóftbol truncó ese propósito al alegar que sólo las federaciones nacionales reconocidas pueden enviar equipos a esa competencia.
El medio oficial cubano Jit describió en ese momento a la ACPBP como una «una especie de partido político beisbolero con sede en Florida» (EE.UU.).
Meses después surgió FEPCUBE, que asumió como lema «Patria y vida», la canción que se convirtió en un símbolo de las protestas contra el Gobierno cubano que tuvieron su máxima expresión en las calles el 11 de julio de 2021.
Cuba levantó en 2013 las barreras que impedían, desde 1961, a cualquiera de sus peloteros jugar en ligas profesionales en otro país. Aquellos que buscaban oportunidades fuera del país sin la aprobación gubernamental no eran convocados después a la selección nacional y tenían incluso restringida la vuelta a su país en mucho tiempo.
Esta reciente polémica refleja la difícil relación entre el oficialismo y cualquier equipo independiente y ocurre además en medio de la crisis en el béisbol que, pese a ser Patrimonio Cultural de Cuba, está en un mal momento por un éxodo sin precedentes de jugadores.
La Habana considera que una de las causas de esta situación fue la suspensión del acuerdo entre la MLB y la FCB firmado en 2018. Ese acuerdo era una «herramienta eficaz contra la emigración ilegal, el tráfico de personas y otros riesgos para nuestros peloteros y sus familias», según el Gobierno cubano.
Fuente: EFE