La promesa rota de la salud en Falcón. Por Xiomara Rondón
En el marco de las constantes alocuciones del Gobernador Víctor Clark y el Secretario de Salud, se prometió reforzar el sistema de salud en Falcón con estrategias destinadas a fortalecer la rehabilitación total de los diferentes centros de salud de la red ambulatoria y hospitalaria. Sin embargo, la triste realidad que enfrenta la región falconiana es opuesta a lo prometido. El sistema de salud se deteriora cada día más, y los falconianos experimentamos una carencia alarmante de recursos esenciales.
A pesar de los discursos esperanzadores, los ambulatorios carecen de elementos básicos como tensiómetros, termómetros y electrocardiogramas. La escasez de medicinas e insumos de cualquier tipo agrava la situación, generando un impacto directo en la atención primaria de salud. La falta de suero antiofídico en una región montañosa como Falcón ha llevado a tragedias recientes, con la pérdida de vidas, especialmente de niños.
El programa de intervenciones quirúrgicas, con la noble meta de alcanzar 1500 intervenciones, se ve empañado por la excesiva carga financiera que recae sobre los pacientes. La lista interminable de requisitos económicos impide que muchos accedan a los servicios médicos necesarios, perpetuando una situación deprimente para la salud pública.
El deficiente estado de los equipos médicos, como la falta de funcionamiento de equipos de RX y laboratorios para exámenes de rutina, ilustra la desconexión entre las promesas gubernamentales y la realidad en terreno. Experiencias personales revelan situaciones críticas, como la intervención quirúrgica pendiente de tres años para una hernia inguinal, exigiendo recursos y soluciones fisiológicas inalcanzables para el bolsillo del ciudadano común.
La desarticulación del sistema se evidencia en la falta de medicamentos para pacientes oncológicos, la repetitiva falla de equipos de radioterapia y tomografía, además de la migración del personal de salud debido a los salarios paupérrimos que devengan. El transporte, representado por un cementerio de ambulancias en desuso y la necesidad de recurrir a redes sociales para costear el traslado, evidencia un problema estructural en la gestión de recursos.
En el ámbito de las enfermedades venéreas, la pérdida de control sobre los pacientes plantea serias interrogantes sobre la efectividad de los tratamientos. Se requiere una investigación exhaustiva para comprender si se aplican tratamientos particulares o si existe un sistema coordinado. Afortunadamente, los pacientes con VIH (virus de inmunodeficiencia humana), si reciben tratamiento.
La situación es tan crítica, que uno podría pensar con toda franqueza que desde los altos cargos de gobierno se desconocen los parámetros mas elementales para afrontar la situación, en tal sentido me permito la libertad de recomendar algunas acciones que deben tenerse en cuenta para mejorar la situación actual.
Exigir transparencia en el manejo de los recursos destinados a la salud, con informes regulares que detallen el uso de fondos y medidas concretas para corregir deficiencias, así como identificar y priorizar las necesidades más urgentes en los centros de salud, asignando recursos de manera eficiente para garantizar el acceso a servicios esenciales, es lo más elemental que se puede hacer, no se hace.
Tampoco he visto la motivación, consideración o un reconocimiento especial a los trabajadores de la salud, como políticas de Estado a nivel regional, que frenen la migración del personal de salud, ofreciendo condiciones laborales y salarios más justos.
Garantizar el acceso equitativo a tratamientos médicos, especialmente para enfermedades crónicas podría evitar la creación de listas interminables de requisitos económicos para acceder a las intervenciones quirúrgicas. Pareciera que a los responsables de garantizar el funcionamiento del sistema de salud se les olvidó que prevenir es mejor que intervenir.
Implementar un plan integral para el mantenimiento y renovación de ambulancias, así como la optimización de su uso para garantizar traslados accesibles y eficientes. Para finalizar, considero importante señalar que las autoridades deben tomar medidas concretas para abordar estas deficiencias y cumplir con las promesas realizadas para fortalecer el sistema de salud en Falcón, asegurando así el bienestar y la salud de la población.