Maduro Guerra: “Si Edmundo González gana, entregamos y seremos oposición”

El hijo del presidente Nicolás Maduro Moros, en conversación con EL PAÍS, confía en una victoria oficialista, pero asegura que llegado el caso también reconocerían una derrota.

En el despacho de Nicolás Maduro Guerra hay un pendón del que cuelga una bandera de Venezuela y una silla gamer de Ironman, de la saga de superhéroes de Marvel. “Te diría que mi favorito es el Capitán América, pero sería políticamente incorrecto”, bromea al otro lado de la pantalla. El hijo del presidente de Venezuela, de 34 años, ha pasado por dos matrimonios y ha tenido seis hijas, la primera a los 15. El comandante Hugo Chávez, el hombre que a su muerte le heredó el poder a su padre, le recomendó que ingresara al Ejército de adolescente, pero él no se veía con un fusil al hombro, así que se formó como músico en el sistema de orquestas. Practica todavía la flauta travesera. Estudió economía, a los 22 era jefe de inspectores de la Presidencia de la República y a los 23, coordinador de la Escuela Nacional de Cine. Ahora, es diputado de la Asamblea Nacional y encargado de asuntos religiosos del PSUV, el partido del oficialismo.

A veces, recibe llamadas de su padre: “Nicolás, cuéntame qué hay de verdad en esto”. El presidente necesita alguien de confianza que le ofrezca una opinión sincera sobre un funcionario público o que le cuente con detalle un chisme que corre por el Palacio de Miraflores, la sede de Gobierno. Maduro Guerra se aleja de la imagen clásica del chavista; en la pantalla de inicio de su teléfono celular guarda las aplicaciones de los principales periódicos del mundo. Niega que Nicolás Maduro Moros sea un presidente autoritario o que en Venezuela haya persecución política, pese a las denuncias continuadas de las organizaciones internacionales, la detención de personas relacionadas con la oposición (más de 100 en esta campaña) y la investigación de la Corte Penal Internacional.

El único hijo del presidente ha participado en las negociaciones con la oposición en México y en Barbados. Se muestra a favor de dialogar con la Casa Blanca, pero, en la retórica habitual del chavismo, acusa a Estados Unidos de no cumplir nunca sus promesas —Washington piensa exactamente lo mismo en dirección contraria—. Ha viajado a China para tratar de importar ideas del comunismo para aplicar en el mercado venezolano, que ahora vive una recuperación paulatina después de años de una caída brutal. Maduro Guerra se sitúa en un segundo anillo de confianza alrededor de su padre. En el primero se encuentran la primera dama Cilia Flores, los operadores políticos Jorge y Delcy Rodríguez, y Diosdado Cabello, encargado del partido. Justo después, Nicolasito, como le llaman algunos.

Con más información de elpais.com

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