El líder de la banda “Wharf Jeremie”, Monel ‘Mikano’ Félix, fue el responsable de ordenar una masacre tras consultar a un sacerdote vudú sobre la enfermedad de su hijo. El sacerdote acusó a ancianos de la zona de realizar brujería para dañar al niño, quien falleció el sábado 7 de diciembre.
Durante el viernes, la banda asesinó a al menos 60 personas, y el sábado a 50 más, utilizando machetes y cuchillos. Se ha reportado que todas las víctimas tenían más de 60 años.
El control que ejercen las pandillas sobre el uso de teléfonos móviles limitó la capacidad de los residentes para comunicar información sobre la masacre.
Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en octubre pasado, la banda de Félix contaba con aproximadamente 300 integrantes y operaba en otras áreas de la capital, incluyendo Fuerte Dimanche y el barrio La Saline. En el mismo mes, al menos 115 personas fueron asesinadas en Pont-Sondé por otra banda llamada “Gran Grif”. Esta pandilla justificó su acción como una represalia contra residentes que cooperaban con un grupo de autodefensa que supuestamente obstaculizaba sus operaciones de peaje.
Las autoridades haitianas pidieron apoyo internacional en 2022 para la Policía local en materia de seguridad, pero la misión de la ONU aprobada en 2023 se ha desplegado de manera parcial y carece de suficientes recursos.
DCN/Agencias