Con la esperanza de vida actual y el rango de descanso que se estima entre 6 y 8 horas diarias, se calcula que un ser humano pasa entre 20 y 25 años durmiendo. Estas horas de sueño, lejos de ser consideradas un desperdicio de tiempo, son fundamentales para el bienestar. La pandemia ha hecho que el insomnio se vuelva más común, y especialistas lo vinculan al estrés y a las alteraciones en las rutinas diarias.
Los estudios señalados por instituciones como la Universidad de Harvard indican que la falta de sueño está relacionada con el aumento de peso. No solo la figura se ve afectada, sino también la piel, que presenta signos de envejecimiento y disminución de su función barrera. Las doctoras Mar Mira y Sofía Ruiz del Cueto destacan que dormir menos de cinco horas por noche puede provocar sequedad, irritación y arrugas en la piel. La zona de los ojos es particularmente afectada, con un incremento en la aparición de ojeras y bolsas cuando se reduce el tiempo de descanso.
Investigaciones también muestran que existe una conexión directa entre la falta de sueño y el aumento de peso. Según la revista especializada Harvard T. H. Chan, las personas que no duermen lo suficiente tienden a ganar más peso en comparación con quienes sí lo hacen. Por otro lado, el Instituto Europeo del Sueño ha mencionado que el insomnio eleva los niveles de cortisol y la hormona del crecimiento, lo que afecta negativamente los efectos de la insulina, fundamental para regular el azúcar en sangre.
El sueño también es crucial para equilibrar hormonas del apetito como la leptina y la grelina. La primera, que indica la sensación de saciedad, no funciona adecuadamente en personas con problemas de peso, mientras que la segunda ayuda a controlar el hambre.
Para combatir estos efectos negativos, existen recomendaciones para favorecer el descanso. Desde la plataforma Gympass se sugiere que la actividad física puede ayudar a liberar endorfinas y promover la relajación. Sin embargo, se advierte que hacer ejercicio muy tarde puede elevar los niveles de cortisol y adrenalina, lo que dificultaría el sueño. Por lo tanto, se aconseja evitar el ejercicio después de las siete de la tarde.
DCN/Agencias