La división en la oposición entre quienes se abstienen y quienes están dispuestos a participar en las elecciones se intensifica

A lo largo de las últimas dos décadas, la oposición venezolana ha mostrado diversas posturas respecto a su participación en elecciones, una tendencia que se anticipa continuará en 2025. Si bien la mayoría de los partidos que se oponen al chavismo han decidido participar en los procesos electorales, en ocasiones han optado por la abstención como estrategia de presión, lo que ha generado debates internos.

Las elecciones parlamentarias de 2005 marcaron la primera vez que la oposición se retiró totalmente de una consulta. Luego, en municipales de 2017 y presidenciales de 2018, sucede algo similar, aunque Avanzada Progresista se postuló en 2018 con Henri Falcón como candidato. En las parlamentarias de 2020, 37 agrupaciones se abstuvieron, alegando fraude en el proceso.

Divisiones se observan actualmente tras las presidenciales del 28 de julio de 2024, donde varios sectores opositores consideran inválida la reelección de Nicolás Maduro, argumentando falta de transparencia en el proceso electoral. Según la Plataforma Unitaria Democrática, Edmundo González Urrutia fue el real ganador con 67% de los votos.

María Corina Machado, líder de Vente Venezuela, ha manifestado su negativa a participar en futuras elecciones sin que se respete el resultado de las presidenciales. Por otro lado, algunos grupos, como Un Nuevo Tiempo dirigido por Manuel Rosales, abogan por participar en las elecciones de 2025, mostrando así una fractura en la oposición.

Analistas coinciden en que la falta de unidad es un desafío importante para la oposición, con debates sobre la conveniencia de la abstención o la participación. Mientras algunos defienden el reconocimiento del gobierno de Maduro para no perder espacios, otros demandan una postura más firme en defensa del voto popular.

DCN/Agencias