La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) reporta que aproximadamente 376.000 palestinos han regresado al norte de la Franja de Gaza desde el inicio de la repatriación, que comenzó el lunes pasado. Este movimiento se da en el contexto de un alto el fuego vigente desde el 19 de enero, a raíz de la ofensiva israelí.
Según OCHA, la mayoría de los retornos se han dado tras la retirada de las fuerzas israelíes de las principales carreteras del corredor de Netzarim. El organismo también informó que el aumento en el suministro y las condiciones de acceso a la ayuda han permitido a las organizaciones humanitarias ofrecer más asistencia en Gaza, incluyendo áreas que anteriormente eran inaccesibles.
La OCHA advirtió que las evaluaciones en el terreno han revelado una alta destrucción de infraestructura básica, sobre todo en la red de agua y saneamiento en el norte de Gaza. Se estima que hay más de 50 millones de toneladas de escombros en la región, que requerirían hasta 20 años para su completa remoción una vez se mantenga el alto el fuego y se complete la retirada del Ejército israelí.
Las autoridades de Gaza, controladas por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), estiman que el número de palestinos que ha regresado al norte asciende a alrededor de 300.000. Este proceso se ha llevado a cabo tras más de 15 meses de acciones militares israelíes, que comenzaron tras los ataques del 7 de octubre de 2023, realizados por Hamás y otras facciones palestinas, los cuales resultaron en cerca de 1.200 muertos y aproximadamente 250 secuestrados.
Luego de la apertura de las rutas para el regreso de los desplazados, Hamás emitió un comunicado en el que afirma que el retorno de los desplazados representa una victoria para el pueblo palestino y un revés para la ocupación.
Por otro lado, la situación ha sido difícil, con las autoridades gazatíes reportando más de 47.300 muertes en Gaza a raíz de la ofensiva, mientras que también se han contabilizado más de 860 palestinos fallecidos por acción de fuerzas de seguridad y colonos en Cisjordania y Jerusalén Este.
DCN/Agencias