Según datos del Banco Mundial, las remesas enviadas a Venezuela en 2024 representaron un 3,7% del Producto Interno Bruto, alcanzando un total de 3.800 millones de dólares, con un incremento del 8,6% en relación al 2023. El socio director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, subraya que el impacto de estas remesas sobre la economía del país es limitado. Si bien ayudan a financiar parte del consumo de sectores vulnerables, no son responsables del consumo general en el país.
Oliveros señala que factores como el poder adquisitivo, el trabajo informal y las economías ilícitas juegan roles cruciales en la dinámica del consumo. Remarcó la importancia de contextualizar las remesas como un elemento que dinamiza la economía, reflexión que realizó en un video publicado en Instagram.
El Banco Mundial también proyecta que las remesas hacia América Latina y el Caribe alcanzarán un récord de 161.000 millones de dólares en 2024, lo que representa un crecimiento del 5% respecto al año anterior. Sin embargo, esto refleja una desaceleración en el crecimiento.
En el caso de Venezuela, solo se recibió el 2,36% del total de remesas dirigidas a la región durante el año anterior, a pesar de contar con una población migrante de aproximadamente 8 millones de personas, uno de los mayores desplazamientos humanos en años recientes.
La información del Banco Mundial indica que las remesas varían entre 131 y 648 dólares mensuales, representando de un 6% a un 23% de los ingresos de los migrantes. La mayoría de ellos envía dinero principalmente a sus madres, siendo una minoría los que lo hacen hacia sus padres. Los expertos apuntan que la mayoría de los migrantes venezolanos tienen empleos precarios en los países donde se encuentran, lo que limita su capacidad de enviar remesas.
DCN/Agencias