Las autoridades de Estados Unidos anunciaron el 3 de febrero la revocación del estatus de protección temporal (TPS) para aproximadamente 350.000 venezolanos en el país. Esta medida, que entró en vigor de inmediato, significa que los beneficiarios del TPS quienes lo recibieron en 2023 enfrentarán la posibilidad de deportación una vez que expire este estatus.
Kristi Noem, secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, justificó la decisión al afirmar que el TPS es «contrario al interés nacional de Estados Unidos», tras evaluar las condiciones actual de Venezuela. Este anuncio se produce en un contexto en el que el expresidente Donald Trump ha indicado que el gobierno venezolano aceptaría a sus nacionales deportados desde EE.UU., incluyendo a miembros de grupos criminales, aunque esta afirmación no ha sido confirmada por el gobierno de Nicolás Maduro.
Richar Grenell, enviado especial para Venezuela, visitó el país el fin de semana previo para comunicar a las autoridades venezolanas las demandas de la Administración Trump.
Cabe recordar que Joe Biden había extendido el TPS en enero de 2024, permitiendo su vigencia hasta octubre de 2026 y previniendo deportaciones inminentes, además de facilitar que los migrantes trabajaran legalmente en EE.UU.
Con esta nueva medida, las perspectivas para los venezolanos en Estados Unidos cambian drásticamente.
DCN/Agencias