Guatemala y Estados Unidos acordaron aumentar en un 40% el número de vuelos de migrantes deportados que el país centroamericano recibe. Asimismo, se aceptará a ciudadanos de otras nacionalidades para su repatriación. Este anuncio fue realizado durante una conferencia de prensa en el Palacio Nacional de la Cultura por el presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, y el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio.
El presidente Arévalo aclaró que no se trató el tema de tercer país seguro, subrayando que el enfoque actual es un nuevo acuerdo migratorio que asegura condiciones seguras y humanitarias para la repatriación. Además, se anunció la creación de una fuerza de tarea compuesta por la Policía Nacional Civil y el Ejército de Guatemala, que trabajará a lo largo de 300 kilómetros de frontera para enfrentar el crimen transnacional y mejorar la seguridad nacional.
Dentro del marco de cooperación, se destacó el Plan Retorno al Hogar, diseñado para ofrecer apoyo integral a los migrantes que regresan. EE. UU. también se involucrará en la creación de una alianza para desarrollar infraestructura terrestre, marítima, ferroviaria y aérea en Guatemala.
Rubio enfatizó la relevancia de la colaboración en temas migratorios y de seguridad, señalando que tales esfuerzos son esenciales para fortalecer el orden regional y facilitar la movilidad segura. La visita de Rubio a Guatemala forma parte de su gira por Centroamérica, que incluye paradas en Panamá, El Salvador, Costa Rica y concluirá en República Dominicana.
Datos del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) revelan que en 2024, EE. UU. deportó a 61.680 guatemaltecos que habían ingresado de manera irregular. Desde inicios de este año hasta el 4 de febrero, han sido regresados 3.550 migrantes, con 78 de ellos llegando en un avión militar la noche del martes.
Las deportaciones se han intensificado como parte de una estrategia bajo la administración del expresidente Donald Trump, que ha utilizado recursos militares para acelerar la repatriación de migrantes.
DCN/Agencias