Fortaleza recibe a 111 migrantes deportados por Estados Unidos
Este viernes, la República Federativa de Brasil recibió un nuevo vuelo proveniente de Estados Unidos en el Aeropuerto de Fortaleza, estado de Ceará, con 111 migrantes deportados. Esta acción forma parte de la campaña de deportaciones impulsada por la administración de Donald Trump.
El Gobierno federal y el regional se unieron para coordinar la recepción de los repatriados, involucrando a los ministerios de Derechos Humanos, Relaciones Exteriores y Justicia. La Fuerza Nacional del Sistema Único de Salud también estuvo presente para brindar atención médica si era necesario.
Según informes del Gobierno brasileño, los hombres en el vuelo viajaron esposados, mientras que las mujeres y los menores no estaban en esta situación. Al llegar a Fortaleza, la Policía Federal se encargó de quitar las esposas a los deportados. En un vuelo anterior, 88 brasileños también regresaron a Manaos en condiciones similares.
Los migrantes recibieron agua, alimentación, productos de higiene y acceso a internet, así como puntos de carga para sus dispositivos electrónicos. Además, se estableció el Puesto Avanzado de Atención Humanizada al Migrante, coordinado por la Secretaría de Derechos Humanos de Ceará, para proporcionar asistencia médica.
Aunque el vuelo aterrizó en Fortaleza, la Fuerza Aérea Brasileña organizó otro vuelo hacia Belo Horizonte, ya que alrededor del 80% de los deportados eran originarios de Minas Gerais. Un comunicado del Gobierno brasileño destacó este aspecto.
La secretaria de Derechos Humanos del estado de Ceará, Socorro França, comentó que la recepción de los deportados fue complicada debido a que los hombres llegaban esposados, aunque al descender del avión recuperaron su libertad. Sin embargo, indicó que muchos de ellos estaban emocionalmente afectados.
La ruta hacia Fortaleza fue organizada por el gobierno estadounidense y, aunque inicialmente estaba prevista una escala en Belo Horizonte, la Cancillería brasileña gestionó un cambio de planes a solicitud del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, para minimizar la experiencia de los deportados al evitar que volaran sobre territorio brasileño en condiciones incómodas.
DCN/Agencias