Las pruebas realizadas recientemente al papa Francisco han revelado una infección polimicrobiana del tracto respiratorio, lo que ha llevado a cambios en su tratamiento. Esto ha sido informado por la Santa Sede, que también ha señalado que su cuadro clínico requiere hospitalización adecuada y ha anulado la audiencia general programada para este miércoles.
Un comunicado del Vaticano indica que las pruebas hasta ahora muestran un cuadro clínico complejo que requerirá una estancia prolongada en el hospital Gemelli de Roma, donde ingresó el pasado viernes. El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, aclaró que la situación del pontífice no se ha agravado, sino que el cambio en el tratamiento responde a una evaluación más completa de su estado de salud.
Aunque no se ha determinado una fecha para su alta, Bruni aseguró que Francisco se encuentra “de buen humor”. Además, la audiencia general de esta semana ha sido cancelada, y algunos medios han especulado que también podría no asistir a la misa por el Jubileo de los diáconos este domingo, aunque esto aún no ha sido confirmado oficialmente.
Bruni también destacó que el papa ha tenido un buen descanso y que su tercera noche en el hospital fue tranquila. Durante su estancia, ha desayunado y se ha dedicado a la lectura de diarios. A pesar de su hospitalización, ha mantenido el contacto con la parroquia de la Sagrada Familia en Gaza, donde ha llamado los días viernes y sábado para informarse sobre la situación allí. Un colaborador de la parroquia comentó que el papa, a pesar de tener la voz cansada, se mostró animado y se interesó por el bienestar de la comunidad, que alberga a 600 personas refugiadas.
El domingo, Francisco no realizó la llamada habitual, pero desde la parroquia confirmaron que había anticipado que descansaría ese día. El párroco, el sacerdote argentino Gabriel Romanell, ha mantenido la comunicación con el papa a lo largo de este proceso.
DCN/Agencias