El presidente de Bolivia, Luis Arce, reveló este miércoles una serie de diez medidas para combatir la grave escasez de combustibles que afecta al país, un problema que se ha intensificado en las últimas semanas debido a la falta de divisas para importarlos.
Arce, durante un mensaje transmitido por televisión y acompañado de su gabinete, aseguró que «Bolivia no está quebrada» y que la economía continúa atrayendo inversiones públicas. Las acciones implementadas buscan enfrentar la carencia de carburantes, que ha provocado que en días recientes se observaran extensas colas de vehículos en las gasolineras.
Entre las medidas anunciadas se incluyen la reducción del uso de vehículos gubernamentales, la implementación de clases en línea, cambios en los horarios de trabajo de los funcionarios y la priorización del suministro de combustibles al sector agropecuario, que está en riesgo de perder sus cosechas.
El mandatario también mencionó un aumento en el control militar en las fronteras y puntos de distribución para frenar el contrabando y el mercado negro, así como un aumento en el volumen de suministro en las estaciones de servicio. Arce describió la actual situación como «muy simple», aludiendo a la «falta de liquidez de dólares transitoria».
Bolivia se enfrenta a una crisis económica por la escasez de la moneda estadounidense. Durante años, el país se ha visto obligado a utilizar sus reservas líquidas para importar gasolina y diésel, que adquiere a precios internacionales y distribuye subsidiados en el mercado interno. Las reservas están prácticamente agotadas.
El presidente reiteró su solicitud al Parlamento boliviano para que apruebe créditos por un total de 1.600 millones de dólares.
DCN/Agencias