El auge de la contratación de psicólogos en las empresas: ¿qué motiva a las organizaciones a priorizar la salud mental de sus colaboradores?
La salud mental se ha vuelto un tema crítico en el ámbito laboral, dado el impacto significativo de la ansiedad, depresión, estrés y el síndrome de “burnout” en la motivación y rendimiento de los trabajadores. En respuesta, muchas empresas han comenzado a incorporar psicólogos y equipos especializados en bienestar emocional para cuidar a sus empleados y asegurar la continuidad de sus operaciones.
Hoy en día, las organizaciones entienden que un ambiente emocionalmente saludable es fundamental para su éxito. El Informe Mundial de la Felicidad en el Trabajo resalta que la infelicidad laboral aumenta la rotación de personal, los costos operativos y contribuye a la deshumanización del ambiente empresarial.
Estadísticas indican que el 72% de los empleados infelices considera cambiar de trabajo, en contraste con solo el 15% de aquellos que sí se sienten satisfechos. Asimismo, un 98% de los trabajadores cree que su empleo debería contribuir a su bienestar emocional, pero sólo el 47% manifiesta sentirlo efectivamente.
Empresas en lugares como Córdoba, Argentina, comienzan a crear departamentos de salud mental, contratando profesionales que ofrezcan asesoría y apoyo emocional. Según Marcos Bartolacci, psicólogo en el área de salud emocional de YPF, estos espacios son cruciales para mejorar la productividad y reducir la rotación de personal, además de fortalecer la cultura corporativa.
El ambiente laboral, los estilos de liderazgo, la carga de trabajo y la falta de reconocimiento son elementos que afectan la salud emocional de los equipos. En ausencia de políticas efectivas de bienestar, surgen riesgos psicosociales, como la baja motivación y el estrés crónico. Diego Mansilla Galdeano, psicólogo en el ámbito laboral, advierte que se requieren estrategias claras y sostenibles para manejar estos problemas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como un bienestar integral que abarca lo físico, mental y social. Por ello, los enfoques actuales van más allá de la atención individual y se centran en crear entornos laborales que propicien la prevención y la calidad de vida.
Invertir en salud mental puede generar un retorno económico significativo, con estudios que sugieren un valor multiplicado entre cuatro y seis veces. Este enfoque se traduce en un mayor compromiso de los empleados, un clima laboral favorable y una disminución en los conflictos.
La cultura del bienestar ha pasado de ser una tendencia a convertirse en una necesidad estratégica en todos los sectores. La implementación de políticas de salud emocional y programas preventivos es clave para las empresas que buscan mantener un ambiente laboral humano y competitivo.
DCN/Agencias