Rafael Correa, expresidente de Ecuador (2007-2017), sigue afirmando que la reelección del actual presidente Daniel Noboa fue resultado de un «fraude». Aunque no presenta pruebas concretas, exige una investigación sobre lo que considera «indicios», como la existencia de papeletas con un químico que, según él, permitiría traspasar la tinta de votos destinados a la candidata correísta, Luisa González.
Aproximadamente dos semanas luego de las elecciones, Correa reafirmó en una entrevista que los resultados son «estadísticamente imposibles». Esto contrasta con las evaluaciones de la Unión Europea (UE) y la Organización de Estados Americanos (OEA), que han descartado la posibilidad de fraude.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador proclamó a Noboa vencedor con el 55,63% de los votos válidos, mientras que González obtuvo el 44,37%. Esta diferencia de más de 11 puntos porcentuales no se había anticipado en encuestas ni sondeos previos. En la primera vuelta, ambos candidatos estaban separados por cerca de 16.000 votos, pero en la segunda, Noboa incrementó su cantidad en más de 1,3 millones, mientras que González sólo sumó 172.000.
Correa se basa en un análisis del profesor Francisco Rodríguez, de la Universidad de Denver, para argumentar que había «probabilidad nula» de que casi todos los votos en disputa se dirigieran hacia Noboa. El expresidente expresó que, aunque esto no demuestra fraude, sí sugiere que algo irregular podría haber sucedido y que debe ser investigado.
El CNE, sin embargo, ha rechazado las reclamaciones de Revolución Ciudadana, el movimiento de Correa, que cuestiona más de 1.700 actas por inconsistencias. Correa criticó al CNE, afirmando que sus acciones son ilegales y un «abuso total».
El exmandatario dejó claro que están dispuestos a llevar sus reclamos hasta las últimas instancias de las autoridades electorales y cuestionó la resistencia de ciertos funcionarios a abrir las urnas, sugiriendo que esto indica un posible fraude.
DCN/Agencias