Apuntó que la seguridad alimentaria es una promesa que este Gobierno ha incumplido y la Unidad se plantea garantizarla como un propósito, tanto con la producción, como con el abastecimiento a precios accesibles para un pueblo con poder adquisitivo.
Consideró que el Gobierno es culpable por acción directa, ya que por más de catorce (14) años viene atacando directamente la producción nacional con su política de invasiones de tierras, confiscación de unidades productivas y expropiaciones tanto de fincas en producción como centros fabriles de transformación, propiciando incertidumbre y la falta de seguridad jurídica y personal de los trabajadores del campo y la ciudad.
«Este gobierno ha abandonado las mejoras en inversiones, que son obligación del Estado, en los servicios de asistencia social, infraestructura y educación en las zonas rurales del país, sentenció el representante de la Unidad.
Señaló que la capacidad productiva del gobierno se encuentra seriamente comprometida. La absorción por parte del Estado de unidades agrícolas y agroindustriales altamente productivas, actualmente, solo alcanzan para una producción de 30%, en el mejor de los casos, debido a su administración nepótica, ineficiente, sin capacitación y con altos niveles de corrupción.
Además de las innumerables unidades empresariales (fincas y hatos ganaderos) que se encuentran saqueadas, abandonadas y/o destruidas; ejemplo de ello son los tan cacareados fundos zamoranos o las fincas expropiadas hace más de tres años en el Sur del Lago de Maracaibo, otrora zona rica productora de plátanos para la exportación.
Sobre las unidades privadas, Aveledo indicó que han podido sobrevivir las políticas devastadoras del gobierno manteniéndose operativas, pero debido al entorno de inseguridad presentan obsolescencia tecnológica y limitada capacidad de producción para garantizar pleno abastecimiento, a pesar de que continúan operando a un 100% de su capacidad real. Otras, sin embargo, no han podido resistir los embates del gobierno, como ocurrió recientemente con la empresa Gruman (Monaca), que garantizaba aproximadamente el 40% de la manufactura y comercialización de harina de cereal para consumo humano, como la harina precocida de maíz y harina de trigo para las panaderías.
Como resultado, la producción nacional ha disminuido en más de un 40%, lo que se traduce en la pérdida de nuestra Soberanía Agroalimentaria y como consecuencia el incremento de la dependencia, en materia de alimentos, de las importaciones extranjeras. En estos catorce (14) años las importaciones se han cuadruplicado aseguró Aveledo.
En 1998 las importaciones de alimentos representaban 1.700 MM de US$, en 2008 pasaron a 7.250 MM US$ y el año pasado fueron 8.500 MM US$. El gobierno de Maduro es culpable por omisión, por su improvisación, falta de planificación y coordinación que ha generado, en los últimos meses, un gran desabastecimiento de las divisas que permitan garantizar las importaciones para mantener el pleno abastecimiento de alimentos, denunció.
Todo lo anteriormente señalado, se ha agravado con la devaluación y simultanea eliminación del Sitme por el Sicat, según Aveledo; lo que ha dado como resultado, que las importaciones, que se han debido materializar en los últimos seis meses, se han paralizado.
Sumado a ello, el Gobierno ha admitido la necesidad de ajustes de precios de los productos regulados; ámbito donde hay una mora de 12 meses en promedio, lo que ha originado que la industria alimentaría no tenga, ni insumos nacionales, ni importados, ni posibilidades de obtener una rentabilidad que garantice su operación, dando como resultado una parálisis general en el procesamiento de los alimentos que la población venezolana demanda como necesidad para su sano y confiable abastecimiento.
Ante este desastre de escasez alimentaría estructural, como resultado de la equivocada, ineficiente y corrupta acción de Gobierno, la única salida para rescatar la tranquilidad y bienestar de la población venezolana es una política honesta y transparente de abastecimiento alimentario por parte del Ejecutivo Nacional, consensuada con el sector privado, sin amenazas ni chantaje, asumiendo la autocrítica y rectificaciones que fuesen necesarias a los fines de delinear un Plan Nacional de Producción y Abastecimiento Alimentario, que pueda ser ejecutado mancomunadamente sector privado y Estado a los fines de lograr, sustentablemente, la Seguridad Alimentaría que necesitan los venezolanos, finalizó Aveledo.
DC/Últimas Noticias