La primera explosión ocurrió en las afueras de la mezquita suní, ubicada a unos 50km al noreste de la capital de Bagdad, y la segunda estalló cuando una multitud de personas corrió a socorrer a las víctimas del primer ataque, según reseñan los primeros reportes policiales de la entidad.
La televisión local mostró imágenes de los cuerpos yaciendo frente al templo, piscinas de sangre y los zapatos desgarrados de las víctimas.
Estaba a unos 30 metros del lugar de la primera explosión. Cuando estalló, corrí a ayudar (a los heridos), y la segunda explotó. Vi cuerpos volando y sentí una metralla en mi cuello, dijo Hashim Munjiz, un estudiante universitario que se encontraba en el sitio.
Ningún se ha atribuido la responsabilidad por el ataque, pero insurgentes sunitas islamitas y el ala local de al Qaeda, Estado Islámico de Irak, han aumentado sus ataques desde comienzos de año para tratar de provocar una confrontación que conlleve a la guerra entre chiítas y sunitas.
En un suceso similar, el pasado jueves, un bombardero suicida se hizo estallar frente a una mezquita chiíta en Kirkuk, matando a ocho personas que rendían tributo a otras personas que habían sido asesinadas en un bombardeo similar el día anterior.
DC/Reuters