Trabajadores de la cooperativa de transporte hallaron al hombre en medio de un charco de sangre. Al parecer los asesinos ingresaron al lugar para robar y la víctima se enfrentó a sus asesinos.
Recibió un fuerte golpe en la cabeza con un pisón de concreto. Los delincuentes lograron llevarse una escopeta, el celular y mil bolívares que tenía la víctima en su cartera.
Hebert Rodríguez, amigo, contó que Badel trabajaba en la mañana pero los viernes se quedaba a dormir y vigilaba la propiedad porque todos estaban libres. «Aquí hacía de todo un poco y los viernes trabajaba de vigilante».
Manifestó que probablemente fueron dos personas las que ingresaron al lugar, porque el pisón que utilizaron para matarlo es muy pesado y una sola persona no puede cargarlo.
Residía en Cuatricentenario y tenía dos hijos. Familiares se negaron a ofrecer detalles de lo sucedido.
DC