La víctima 27 de la industria del secuestro, contó que en dos oportunidades lo cambiaron de residencia. En el lugar en el que se mantuvo por más tiempo fue en Los Puertos de Altagracia, donde lo rescataron funcionarios del Cicpc.
Tres hombres se encargaban de la custodia del comerciante, los sujetos intimaban al hombre con sus armas de fuego. “Me decían que todo dependería de cómo yo me comportara”.
En todo momento lo mantuvieron con los ojos vendados. “Escuchaba las voces, sabía que estaban ahí. A la habitación sólo entraban tres, pero afuera se escuchaban otras voces, incluso la de una mujer”.
Urdaneta explicó que le daban todo tipo de comida, “Al principio me daban las tres comidas, al final comenzaron a darme solo almuerzo y cena”.
El comerciante y padre de dos hijos refirió que sintió miedo al escuchar los tiros. “Los hombres que me cuidaban comenzaron a disparar en contra de los policías. Mi fortaleza fue Dios”.