Ginger le pidió a su sobrina Mariela Benítez que la acompañara a la casa de Oriana, para inyectarse los biopolímeros en las nalgas. Ella quería tener más pompi, por eso fuimos, contó Benítez.
Ferrebus tenía unos días ahorrando los tres mil bolívares que le costaría el tratamiento. Era el segundo que se hacía, y aunque con el primer procedimiento obtuvo buenos resultados, Ginger soñaba con tener un cuerpo exuberante, por eso decidió aumentarse el tamaño nuevamente.
Mariana la acompañó, llegaron a la casa de Oriana pasadas las 8.00 de la noche, ella y su ayudante Marquen ambos travestis- ya esperaban a Ferrebus en la clínica clandestina.
Era una casa sin ningún tipo de anuncio en el frente, la víctima pasó a una habitación en la que había una camilla y otras herramientas para distintos tratamientos estéticos. Mariana estuvo presente en todo momento, menos cuando comenzaron a ponerle el líquido.
Primero la acostaron en la camilla y le pusieron la anestesia, luego Oriana le introdujo tres yelcos en cada nalga, por donde le suministró el silicón. Yo salí por un momento y cuando volví noté que el líquido que le colocaban no era igual al del primer tratamiento, este era más líquido y se trataba de otra marca, lo sé por el frasco, reveló la compañera de Ginger.
Media hora después de recibir el silicón, Ferrebús comenzó a sentirse mal. Nos dijo que estaba mareada, Marquen fue a la cocina y regresó con un vaso de leche. Ella se la tomó toda y se sintió mejor.
Eran como las 9.30 de la noche, ya Ginger estaba en la casa, pero se quejaba de una fuerte presión en las nalgas, decía que tenía dolor, por eso la llevamos al CDI de la zona, desde donde lo trasladaron hasta el Hospital Noriega Trigo la mañana del miércoles.
Los médicos nos dijeron que tenía septicemia además de pulmonea. Ese hombre la mató, lo que le inyectó la intoxicó, y ellos lo sabían por eso le dieron el vaso de leche, pero ya era tarde, indicó un familiar que no se identificó.
Familiares detallaron que funcionarios de en la Policía científica detuvieron al dueño de la casa en la que realizaron la inyección de los biopolímeros. Cuando la Policía llegó al lugar ya Orianan y su ayudante se habían ido, solo quedaba el dueño de la casa y se lo llevaron detenido para comenzar las investigaciones, informó Mariana Benítez.