La policía española desbarató una red que traía a mujeres de Brasil y Venezuela para prostituirlas y detuvo a diez personas, anunció este domingo un comunicado de la institución policial.
Las mujeres viajaban con promesas de trabajo y una vez en España eran obligadas a prostituirse.
El operativo policial español, que contó con la colaboración de la policía brasileña, permitió la detención del jefe de la red, un español que era buscado en Brasil por delitos de proxenetismo.
Seis personas fueron detenidas en España, entre ellos los principales responsables, y cuatro en Brasil.
«El núcleo básico del grupo estaba compuesto por un clan familiar cuyo cabecilla, de nacionalidad española, estaba casado con una brasileña. Ellos dos, su hija, su hijo y la esposa de este último, dirigían la actividad del grupo en España».
«La red explotaba a mujeres entre 20 y 30 años y regentaba varios clubes de alterne en las provincias de Orense y Pontevedra», explicaron las autoridades.
«Para obligarlas a ejercer la prostitución les retiraban el pasaporte y las sometían a amenazas y presiones que recaían no solo sobre ellas sino también sobre sus familias», se indicó.
Las autoridades brasileñas pidieron la extradición del jefe de la red de prostitución.
Un clan familiar
La investigación se inició en marzo por agentes de la UCRIF de la Comisaría de Vigo, a raíz de la denuncia presentada por dos mujeres que estaban siendo víctimas de esta organización y las posteriores pesquisas policiales permitieron averiguar el funcionamiento de la misma.
El núcleo básico del grupo estaba compuesto por un clan familiar cuyo cabecilla, de nacionalidad española, estaba casado con una brasileña. Ellos dos, su hija, su hijo y la esposa de este último, dirigían la actividad del grupo en España.
Las funciones de los diferentes miembros del clan estaban claramente establecidas, siendo el padre el principal líder de la organización, el hijo administrador de uno de los clubes y la hija encargada y administradora de otro.
La deuda
Una vez en España, eran trasladadas por miembros de la organización a los clubes de alterne o a un chalé anexo a uno de ellos, donde eran informadas de que, en realidad no iban a dedicarse al servicio doméstico, sino que tendrían que trabajar para la organización ejerciendo la prostitución en clubes regentados por la misma.
Además, debían saldar la deuda contraída, que ascendería a unos 3.000 euros.
Para obligarlas a ejercer la prostitución, la red las sometía a continuas amenazas y presiones que recaían, no solo sobre las propias mujeres, sino sobre sus familias en Brasil o Venezuela.
Incluso les fue retirado el pasaporte, con el fin de que no pudieran huir. Posteriormente les era devuelto este documento, en el que habían estampado sellos de autoridades españolas, lo que también utilizaban para amedrentarlas, haciéndolas creer que actuaban en connivencia con dichas autoridades y que, si se escapaban y eran detenidas, serían inmediatamente expulsadas de España.
DC/AFP/ MADRID