Las consolas de videojuegos casi desaparecen en 1983. Atari, la primera marca con éxito comercial real, estaba a punto de la bancarrota. Muchas de consolas de baja calidad y videojuegos aún peores habían deprimido a la industria.
Mientras que Estados Unidos era la gran potencia del sector, la japonesa Nintendo, había creado algún título de éxito como «Donkey Kong».
La compañía finalmente se animó a crear su propia consola y el 15 de julio de 1983 salió con el nombre de Famicom (Family Computer), una máquina que daría dos años después el salto a occidente con el nombre de NES (Nintendo Entertaiment System).
Vendió 62 millones de en todo el mundo, una cifra que no sería superada hasta la llegada de la PlayStation de Sony a mediados de los noventa. Nintendo no batió la marca de NES hasta la llegada de la Wii en 2006.
La empresa japonesa estableció una serie de condiciones a los creadores de juegos, y sustituyó los tradicionales joystick por un modelo más manejable (el pad, con un controlador plano en lugar del palo vertical).
El resto de consolas posteriores ha imitado el mismo estilo. Otros periféricos de éxito como la pistola ayudaron a la popularización de la consola, imbatible hasta la llegada de las consolas de cuarta generación en los años noventa.
Pero si por algo Nintendo consiguió estar por encima del resto y marcar historia fue por sus videojuegos. La compañía japonesa introdujo la narración en los juegos, ahora con argumento complejo.
Antes los juegos estaban basados en la filosofía de las recreativas: simples y de corta duración para que el jugador introdujera monedas sin parar. A partir de entonces, el argumento pasó a formar parte indispensable de la creación.
Por eso sagas míticas como Súper Mario, Zelda o Final Fantasy, nacidas con NES, siguen siendo títulos de éxito en los nuevos modelos de consola.
Fuente: Infobae