La resolución obliga a adoptar medidas y sanciones contra el racismo y la discriminación. En el caso de una primera infracción o falta leve, se aplicarán sanciones que incluyen advertencias, multas o disputa de partidos a puerta cerrada. Ante la reincidencia o incidentes de gravedad, se aplicará deducción de puntos, exclusión de la competición en la que haya sucedido el incidente o el descenso de categoría.
De igual forma, también se contempla la suspensión de un mínimo de cinco partidos a las personas que cometan infracciones de gravedad, lo que podría combinarse con la prohibición de acceso a los estadios. Esta sanción en particular está dirigida a jugadores, oficiales, árbitros y demás personajes involucrados en el fútbol.
«Este año ha habido sucesos despreciables que han proyectado una oscura sombra sobre el fútbol y el resto de la sociedad. Me refiero a la política del odio, racismo, ignorancia, discriminación, intolerancia, prejuicios estrechos de miras, esa fuerza incivilizada, inmoral y autodestructiva que todos detestamos», afirmó el presidente de la FIFA, Joseph Blatter.
Blatter mostró su esperanza en que, con el grupo de trabajo creado recientemente, que preside Jeffrey Webb, y «la severa resolución» contra el racismo aprobada por el Comité Ejecutivo de la FIFA y hoy respaldada por el Congreso se puede «enviar una señal clara a los racistas de que su tiempo se ha terminado».
«Hemos pasado por un momento difícil. Ha sido una prueba para el mundo del fútbol y para los que lo dirigen», añadió Blatter.
DC/con información de As