El gobierno venezolano informó este jueves que explora un mecanismo que permita a turistas extranjeros cambiar dólares por bolívares a un precio superior al oficial pero inferior al mercado paralelo, en un país con un férreo control cambiario.
El ministro de Turismo, Andrés Izarra, precisó que se reunirá la próxima semana con el ministro de Finanzas, Nelson Merentes, y el presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Armando León, «para concretar un mecanismo» con el que los turistas extranjeros puedan «canjear sus divisas» a través del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad).
Mediante este mecanismo, los extranjeros podrán hacer pagos con tarjetas de crédito y «canjear sus dólares en el aeropuerto, banca pública y oficinas especiales en hoteles y puntos de interés turístico», declaró Izarra a la prensa.
«Estimamos en 2.000 y 2.500 millones de dólares (lo) que podremos estar recibiendo al año», calculó el ministro.
Sobre el precio al que los turistas podrían cambiar sus dólares, Izarra se limitó a señalar que sería el mismo nivel que el establecido en las subastas del Sicad, mecanismo que complementa para la compra legal de dólares a la Comisión de Admnistración de Divisas (Cadivi), aunque la entrega del billete verde a menudo se demora.
La cotización oficial del dólar es de 6,30 bolívares, pero al ser casi inaccesible por el control de cambios, existe un mercado paralelo en el que el precio se quintuplica.
El BCV subastó el miércoles 215,3 millones de dólares en el segundo remate de divisas del año en el que participaron empresas y ciudadanos que viajarán al exterior.
El BCV no reveló el precio en la subasta, pero analistas consultados por la prensa local lo estimaron en 11 o 12 bolívares, que sería la cotización a ofrecer a turistas.
El extranjero en Venezuela puede cambiar dólares o euros en el BCV o en agencias autorizadas, pero habitualmente recurre al mercado paralelo.
El Ministerio de Finanzas anunció que se realizarán dos o tres subastas más en breve plazo, cada 15 días.
La oposición critica las subastas como una «macrodevaluación» pues el dólar es comerciado por el Estado a un precio superior al oficial.
AFP