A las 2:15 p.m. (hora de Venezuela) el avión en que viajaba el papa Francisco arribó al Aeropuerto Internacional de Río de Janeiro, lugar donde participará en la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Aproximadamente media hora antes, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, llegó a dicho aeropuerto.
«Este primer viaje es para encontrar a los jóvenes, a los que quiero encontrar no aislados, sino en medio del tejido social. En sociedad, ya que cuando aislamos a los jóvenes les hacemos una injusticia pues les quitamos la pertenencia», añadió el papa.
Papamóvil descubierto
Del aeropuerto internacional de Rio, donde fue recibido por la presidenta Dilma Rousseff, el papa se dirigirá a la catedral metropolitana, y luego se paseará en un papamóvil descubierto por el centro de la ciudad.
Miles de personas lo esperan cantando y bailando, agitando banderas del Vaticano y de sus países de origen.
«Queremos que el papa nos muestre esa iglesia abierta, de todas las nacionalidades, que es lo que nos reúne hoy», dijo a la AFP la argentina Eliana Tardivo, de 23 años y oriunda de Santa Fe, mientras aguarda al papa cerca de la catedral.
«La venida del papa es una esperanza para el crecimiento de esta nueva iglesia», sostuvo el monje franciscano Everton Xavier Marques, de 29 años, de Minas Gerais (sureste de Brasil).
El papa Francisco advirtió el lunes que el mundo corre el riesgo de tener una generación entera de jóvenes desempleados desde el avión que lo conducía a Brasil.
«Mi viaje tiene como objetivo estimular a los jóvenes para que se integren en el tejido social, con los ancianos», explicó el pontífice.
«Corremos el riesgo de tener una generación desempleada», dijo el papa, y pidió que se evite «aislarlos». También condenó «la cultura del rechazo a los ancianos».
Respetando su estilo sencillo y franco, el papa jesuita saludó uno por uno a los 70 periodistas que lo acompañan en el vuelo, y reconoció que evita dar entrevistas porque le resulta «agotador».
Durante su visita de siete días en Brasil, Francisco buscará revitalizar a la Iglesia en Latinoamérica, su mayor feudo pero donde pierde terreno desde hace tres décadas, sobre todo ante las iglesias pentecostales y el laicismo.
El pontífice encontrará un Brasil confrontado a un creciente descontento social y en plena transformación religiosa.
Fotos: Agencia Xinhua.