Jennifer Lawrence ganó el premio Oscar por su actuación en la película El lado bueno de las cosas. Si bien lo recibió con gran alegría, ahora asegura que no se sentía cómoda teniendo el premio en su casa de Los Angeles.
Por eso, la actriz, de 22 años, decidió deshacerse del premio asegurando que le transmitía «sensaciones negativas».
Al parecer, la actriz se creyó el mito de la «maldición» de los Oscar, ya que actrices como Sandra Bullock o Kate Winslet rompieron sus relaciones tras haber sido premiadas.
Su mala suerte empezó el mismo día de la entrega cuando se cayó mientras subía al escenario a recibir su estatuilla. Si bien no dijo qué más le pasó después, contó que decidió dárselo a sus padres para que coloquen el premio en su casa de Kentucky, encima del piano que tienen en el living.
«Mis padres se lo llevaron a Kentucky porque me sentía muy rara teniéndolo en exposición en mi casa. Si alguien viene, no quiero que me recuerden por eso. Desprende una cierta energía negativa», manifestó la actriz.
Fuente: Infobae
Foto: AFP