Cuando la cirugía estética se vuelve una obsesión pueden dejar más defectos de los que pueda corregir. Tal es el caso de Alicia Douvall, convertida hoy en la mujer más operada del mundo.
Alicia se ha lamentado de que debido a las tantas intervenciones estéticas en su cara, no puede ni sonreírle a su bebé. La exmodelo de 34 años, que comenzó a retocarse cuando era una adolescente, ha comparado a los médicos que la han desfigurado, con los que agreden a las mujeres con ácido, pero estos «visten batas blancas».
Douvall tiene en su cuerpo más de 300 intervenciones y retoques estéticos, ella es ahora una activista y protagonista de una campaña de sensibilización para evitar que su historia la repitan las miles de jóvenes británicas que pasan por el quirófano cada año.
«No puedo beber correctamente, lo tengo que hacer a través de una pajita, me he desfigurado mí misma. Esto no es lo que prometieron los cirujanos, era todo humo y espejismos», ha asegurado la exmodelo.
La mujer, madre de dos hijos, ha asegurado tener roto el corazón…»Imagínate la celebración del primer año de mi hija no poder ni sonreír».
La pasada semana, Douvall, se sometió a otra terrible operación para retirarse los implantes faciales, de mejilla y mentón, que se había puesto, una intervención que implicó romper su m
andíbula por varias partes.
Ahora, ha jurado no volver a pasar por quirófano, y se ha comparado con la modelo agredida con ácido en 2008, Katie Piper.
«Yo soy igual que ella, sólo que mis agresores vestían batas blancas y yo pagué por hacerlo», dijo en referencia a los cirujanos que se dedican a intervenciones estéticas.
Argemary Bernal @argemarybernal/ TheSun
Fotos: periodico24/mirror.com/lettera.com