Turiamo, Turmero y Tucacas son un trio de casas ubicadas en Los Haticos cerca del Colegio El Brillante. Con “Versalles” y “El Convento”, llenaban un quinto de quintas de los Barboza-Barboza y los Barboza-Carróz. Eran ganaderos que se colocaban en Los Haticos, para vivir a la entrada a la carretera de Perijá y la Cañada, listos para arrancar -bien temprano- hacia sus fincas en Machiques, La Villa y Potreritos.
Al lado del Colegio El Brillante estaba sembrado el hato San Rafael del ganadero Antonio Pérez. Además, frente a la jefatura de Cristo de Aranza estaba ubicado Rafito Boleón el hombre de la Finca Los Claros, la gente de Farías Paz Hermanos y su queso Palmita y diagonal funcionaba, el hato del famoso maestro Zuliano: Jesús Enríque Lossada.
A todo lo largo del Lago de Maracaibo en la franja playera al fondo del Colegio El Brillante, se desplazaban las curtiembres y tenerías de Maracaibo desde La Tenería Leal, Galbán Hermanos, El Carmen, La Mano de Dios y 5 de Julio hasta Gustavo Zinc, cerca del Puente de Arcos vía a la famosa y multifacética estación de El Potente en La Arreaga que vendía desde un pastelito hasta un caucho; huevos de caimán hasta cueros de chivos y res. Era un sitio ideal para el acopio y trueques de mercancía a lo largo de la carretera y entre los productores hacia Perijá.
Las Curtiembres trabajaban con la concha del mangle para curtir y después, con la corteza vegetal llamada “quebracho”, rica en tanino y de procedencia Argentina. Mientras el mangle curtía en 20 días el quebracho lo hacía en 5 días. El producto de estas curtiembres era la conversión del cuero crudo en suelas para fabricar: maletas; correas; forros; herrajes y sillas para mulas, yeguas y caballos. Por otro lado, plantillas para zapatos y, cueros de chivos y venados para forros para los zapatos de niños, adolescentes, adultos y ancianos.
Desde luego, que Gustavo Zinc tomó la vanguardia de las curtiembres tradicionales al usar máquinas de todo tipo, agregados químicos de primera y suficiente capital de trabajo. Con ello ganaba mejor calidad y mayor ganancia y como resultado de estos acomodos y productividad: “Zinc vive y todo los demás están muertos”. Sin embargo muchos pequeños curtidores sobrevivieron por años y aun curten algunos herederos. Por eso hay que aprender a cuidar y vigilar por aquello de que ¡El que da o pierde lo que tiene a pedir se queda!
Como se observa en este trabajo simpático e histórico. Empezando el siglo 20 en los Haticos se establecieron los ganaderos, curtidores y productores de lácteos. Fruteros de hicacos y nísperos; fabricantes de hielo; quesos y cervezas y todos fueron exitosos. En efecto, Rafito Boleón desarrollo junto a los industriales del Central Venezuela de Santa Bárbara; las haciendas más importantes y productoras de la Nación y así mismo, Los Farías Paz Hermanos que lograron conseguir la mejor mezcla o fórmulas de sueros para fabricar: ”Uno de los mejores queso del Continente cual es: El Queso Palmita”.
En corolario, estos Zulianos fueron los primeros productores y hacedores de fuentes de trabajo y de producción ajena o distinta a lo petrolero y fueron entonces los pioneros en Venezuela en: ¡Sembrar el Petróleo!
DC / Luis Acosta / Artículista