Enviar al arquero al área contraria para tratar de anotar durante los últimos segundos del partido es el máximo movimiento de desesperación cuando se va perdiendo un partido, cuanto menos, es una apuesta riesgosa. Sin embargo, lo último que se podría esperar es que el guardametas del equipo contrario sea quien termine anotando.
Precisamente, esta fue la extraña situación que tuvo lugar en Austria durante este fin de semana cuando el Berndorf estaba tratando de igualar un marcador en el que venía abajo por 3-0 y logró anotar en dos ocasiones para llevar el encuentro a 3-2 ante el USK Piesendorf.
El entrenador del Berndorf decidió arriesgarse y mandó a su arquero a tratar de cabecear un córner en el último minuto del partido. Lamentablemente para ellos, el cobro resultó defectuoso y el arquero del USK, Hannes Leo, recibió el balón con sus manos antes de realizar un lanzamiento que recorrió más de 80 metros y que finalizó en el arco contrario para culminar en un golazo que dejó el partido en un 4-2.
Luis M. Santander / @santander205 / GiveMeSport
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