“Nuestros socios aún tienen que aceptarlo”, reconoce el ministro de Finanzas, Yannis Stournaras, “pero este plan es una base sólida sobre la que negociar”.
El ejecutivo heleno presentará el acuerdo a los acreedores internacionales el próximo lunes. Mientras tanto, en Atenas continúan las protestas este jueves, un día después de la huelga general convocada por sindicatos de esa nación.
Decenas de miles de personas salieron a las calles de las principales ciudades del país, debido al descontento social de la población contra las medidas que prevén el recorte de los 11.500 millones de euros.
El seguimiento en el sector público alcanza el 90 por ciento, según fuentes sindicales. “Las medidas previstas por los tres partidos del Gobierno son inaceptables” —señala el empresario, Marinos Kazakis— “y los ciudadanos tienen que entender que sin lucha nunca cumplirán sus promesas, el camino solo tiene una dirección”.
El Gobierno de Samarás no ha concretado en qué consistirá el recorte, pero la prensa griega habla de un retraso de la jubilación hasta los 67 años, de rebajas en las pensiones y en los salarios de los empleados públicos, y despidos de funcionarios, aunque menores de los exigidos por la troika.
Las cifras que dan vértigo a la sociedad griega y asustan a los sectores más vulnerables, como los minusválidos.
DC/Euronews