«El muerto al hoyo y el vivo al bollo». Si creías haber leído todo, pues creo que con esta noticia notarás que no.
Todo era perfecto para Camela Badwah, una joven británica de 35 años que iba a celebrar su boda en Cooling Castle, cerca de Rochester (Inglaterra). Un apuesto novio, unos padres amorosos, unos familiares ilusionados… y un indigesto trozo de cordero que convirtió en tragedia el enlace.
En medio del banquete, el padre de Camela, Jagan Babwah, de 73 años, se puso mal. Empezó a tener convulsiones y claros síntomas de ahogamiento. Pese al esfuerzo de los invitados y familiares por reanimarlo, el equipo sanitario, que acudió de urgencia al castillo, solo pudo certificar la muerte del señor Babwah.
En circunstancias normales, un incidente tan desgraciado hubiera hecho suspender cualquier celebración, pero no en el caso de la familia Babwah. Así que Camela, haciendo de tripas corazón, continúo con la celebración. “Es lo que papá hubiera querido“, afirmó la «afligida novia».
También comentó que fue un momento difícil abrir el sobre con el regalo de papá (¿y la muerte no?), un viaje a México que tuvieron que cancelar.
Nathalie Fernández / Diariouno.com.ar
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