Me he tomado la tarea de curucutearle, a través de las redes y su copiosa publicidad a destiempo, las ideas que pudiera aportar este Outsider que nos llegó como cayendo y corriendo; y a decir verdad, el casco tuvo que haberle quedado echando humo, con todos esos títulos obtenidos en la Université de la Sorbonne de París, la Pontificia Università Gregoriana de Roma y la Scuola di Política Internazionale Cooperazione e Sviluppo, también de la ciudad de Rómulo y Remo.
No se a quien se le pudo haber ocurrido en el chavismo, eso de proponerle a los maracuchos un candidato vinculado a la sapiensa del país de Niccolò di Bernardo dei Machiavelli, alias Maquiavelo; porque ahora este señorito, de finos lentes y dejos caraqueñizados, anda insistiendo en su meteórica candidatura, que él si sabe de filosofía y no como aquel filosofo errante, quien según a su profundo entender, ha desaprovechado tanto tiempo en estudiar, que ni siquiera en su exilio dorado, se le ha ocurrido leer a Norberto Bobbio y mucho menos al come rosa de Umberto Eco.
El ancla del VTV capitalino, es más maracucho que la tumba rancho, y eso no es lo que cuenta, aunque no deja de ser importante en esta ciudad, donde el gocho de Arias Cárdenas, nunca ha podido ganar una elección. De allí que en su carta de presentación, haya insistido en haber nacido en el hospital Chiquinquirá; y que por no dejar, se fue a quemar las pestañas a Italia, gracias a su condición de excelente estudiante, en los Niños Cantores, y a las bondades de ese gran maracucho, llamado Ocando Yamarte.
Tampoco pudiera servirle de mucho, su desvinculación y falta de burdel con los activistas comunitarios del PSUV y sus factores aliados; pero no hay que perder de vista estos tiros flojos, dado que los mismos, pudiesen convertirse en un arma poderosa, en unos militantes heridos y fatigados por las luchas internas, generadas a raíz de la partida de Gian Carlo Di Martino de la Alcaldía, y porque en definitiva, desde ese momento, en su mayoría no han sido tomados en cuenta por el gobierno central y tampoco por el recién estrenado gobierno regional.
En el hasta ahora territorio liberado de la MUD, la procesión va por dentro. De los diente pá afuera se anda gritando como quien silba en el cementerio, que a la esposa de Rosales, desde Caracas, sin querer queriendo, el dedo duro de Maduro le arrimó la canoa al enviarle al pelón paracaidista, como candidato de la acera del frente; pero más de esto se decía en el hegemónico Nuevo Tiempo, en los días del “Pal Zulia Pablo”. Y desde aquel domingo 16 de diciembre, todavía se andan preguntando, porque se dieron los resultados conocidos y quienes fueron los responsables de aquel bajón estrepitoso, en el electorado comandado por la actual candidata a la reelección.
Habría que revisar, no tanto las encuestas; sino el entramado de la alianza imperfecta, impuesta a sus aliados en los circuitos y listas de candidatos a concejales, por parte del partido donde milita la actual Alcaldesa de la ciudad, para ver como la mayoría de las organizaciones aliadas, finalmente montaron tienda aparte con sus candidatos a concejales; y para nadie es un secreto que estos distanciamientos, unidos a la negativa de haber realizado primarias, va dejando una estela de desconsuelos, que sólo el 8 de diciembre, se sabrán sus consecuencias.
Estamos a escasos noventa días del proceso, todos se juegan a Rosalinda, pero aquí en Maracaibo está la joya de la corona. Por esta y otras razones, el bloque opositor no puede seguir sobre estimando sus posibilidades de victorias, ante un tal Pérez Pírela, quien aferrándose a los ojitos de su comandante eterno y al victorioso Arias Cárdenas, aspira y amenaza, contra todo pronostico, asirse de la joya, la corona y la silla, desde donde en tiempos de su mayor esplendor, se catapultó el sui géneris filósofo del Zulia.