Se llama Amada Granado, es fortógrafa, nació en Rumania y logró bañarse -sin ser presa- en las aguas de la piscina del penal de San Antonio, estado Nueva Esparta, controlado por el pran “El Conejo”.
En un diario cronológico llamado “relato penitenciario”, que fue publicado originalmente en www.backroomcaracas.com a mediados de 2014, la fotógrafa detalla con precisión el entorno del temido hoy occiso líder negativo.
Granado expresó su experiencia en la exposición “Penitenciario” (2012) que develó imágenes de ella misma en las instalaciones de la cárcel.
Piscina, salas de juegos, mesas de pool, zoológico de contacto, restaurantes y puestos de comida son solo algunas de las formas de esparcimiento en este penal que parece más bien un club.
DC | Sumarium