El excongresista norteamericano, Anthony Weiner, apareció de último en las nominaciones de los demócratas con apenas el 5% de los votos, después que había tenido los mayores índices de aprobación partidarios y de los neoyorquinos apenas dos semanas atrás.
Este exparlamentario que aspira a ser el próximo alcalde de Nueva York, dimitió en 2011 de su escaño en el Congreso tras reconocer un escándalo de «sexting» (envío de imágenes eróticas por teléfono móvil) con varias mujeres y mentir sobre ello.
Después de aceptar su derrota en la noche del miércoles, Weiner concluyó en un nuevo escándalo, cuando hizo un gesto obsceno a un periodista con su dedo medio, al retirarse de la recepción, furioso porque su amante cibernáutica, Sydney Leathers, se había colado en la reunión partidaria. Consultada la actriz porno dijo. “¿Por qué no estar aquí? Yo soy la razón por la cual él perdió. Así que, ¿por qué no aparecerme?”
Weiner protagonizó hace pocos meses una irrupción sonada en la carrera por la candidatura demócrata a la alcaldía e incluso llegó a encabezar los sondeos a mediados de julio, ayudado por un mensaje muy cuidado en defensa de la clase media de la ciudad, cada vez más atribulada por el encarecimiento de alquileres y precios.
Sin embargo, antes de acabar julio Weiner admitió que había continuado haciendo «sexting» con otra joven después de dimitir y de iniciar terapia, lo que hundió sus aspiraciones.
El que la joven de 22 años con la que intercambiaba mensajes y fotos protagonizara luego una película pornográfica rodada a toda prisa para aprovechar su «tirón comercial» no hizo más que añadir un toque circense al asunto, bordeando claramente con el ridículo.
Ahora, la campaña de Weiner está por los suelos (7 % de intención de voto y en cuarto lugar) y el otrora carismático congresista (casado con una estrecha colaboradora de Hillary Clinton cuando ésta era secretaria de Estado) es objeto de bromas y chanzas en muchos actos de campaña.
DC/ Publímetro
Foto: Agencias